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miércoles, 23 de julio de 2014

Trastornos del lenguaje y la comunicación (Dislalia infantil)

Ya a la edad de 5 años, es importante que los niños pronuncien correctamente las letras del abecedario, ya que es a esta edad en la que teóricamente empiezan a aprender a leer y lógicamente, para poder reconocer cada letra en la lectura, es necesario que se conozca su pronunciación.

Luego tenemos los fonemas considerados complicados, éstos se deben empezar a dominar entre los 5 o 6 años de edad. Por ejemplo, en este margen de tiempo se tiene que poder aprender a pronunciar la “r”, en el caso de que el problema persista, nos encontraremos ante un caso de rotacismo.

Es bastante frecuente que los niños que empiezan a hablar tengan problemas para pronunciar algunos fonemas, por lo que estaríamos hablando de una dislalia (incapacidad para pronunciar correctamente ciertos sonidos o grupos de sonidos). Es el trastorno del lenguaje más común en los niños, el más conocido y más fácil de identificar. Suele presentarse entre los 3 y los 5 años, con alteraciones en la articulación de los fonemas.

Los fonemas y las edades de adquisición:



La dislalia infantil presenta tipos muy variados:

  1. La dislalia funcional: es la más frecuente y se caracteriza por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño desconoce o realiza incorrectamente el punto y modo de articulación del fonema. No sabe hacer vibrar la lengua para pronunciar bien la RR, y suele reemplazar la S por la Z, o la R por la D. 
  2. La dislalia orgánica: hace que el niño tenga dificultades para articular determinados fonemas por problemas orgánicos. Se presenta en los niños cuando presentan alteraciones en las neuronas cerebrales, cuando tienen alguna malformación o anomalías en los órganos del aparato fonador (disglosia y disastria). 
  3. La dislalia audiógena: se caracteriza por dificultades originadas por problemas auditivos. El niño se siente incapaz de pronunciar correctamente los fonemas porque no oye bien. En algunos casos, es necesario que los niños utilicen prótesis. 
  4. La dislalia evolutiva: es la propia del desarrollo de los niños pequeños. 
Tipos de errores en la dislalia funcional:

Tipos de errores
Descripción
Sustitución
  • La Sustitución es el error de articulación, en que un sonido es reemplazado por otro. El niño se siente incapaz de pronunciar una articulación concreta y en su lugar emite otra que le resulta más fácil y asequible. Por ejemplo: de sustitución, dice “lata” en lugar de “rata”.
Omisión
  • Otra forma que el niño tiene de salvar su dificultad articulatoria es omitiendo el fonema que no sabe pronunciar, sin ser sustituido por ningún otro, pudiéndose dar la omisión en cualquier lugar de la palabra.
  • A veces el niño omite tan sólo la consonante que no sabe pronunciar, y así dirá “apato” por “ zapato”, o “caerera” por “carretera”, pero también suele omitir la sílaba completa que contiene dicha consonante, resultado “camelo” por “ caramelo”, “ lida” por “salida”
  • En los sinfones o grupos consonánticos en los que hay que articular dos consonantes seguidas, como “bra”,”cla”, etc., es muy frecuente la omisión de los consonantes líquida cuando existe dificultad para la articulación. Ejemplos son: “paza” por “plaza”, “bazo” por “brazo”, “futa” por “fruta”
Inserción
  • A veces la forma de afrontar un sonido que le resulta dificultoso al niño es intercalando junto a él otro sonido que no corresponde a esas palabras y, sin conseguir con ello salvar la dificultad, se convierte en un vicio de dirección, por ejemplo: en lugar de “ratón” diran “aratón”, o en lugar de “plato” dirán “palato.
Distorsión
  • Se entiende por sonido distorsionado aquel que se da de forma incorrecta o deformada, pero que tampoco es sustituido por otro fonema concreto, sino que su articulación se hace de forma aproximada a la correcta, pero sin llegar a serlo. Generalmente es debido a una imperfecta posición de los órganos de la articulación, a la forma de salida del aire, a la vibración o no vibración de las cuerdas vocales, etc. Ejemplo de distorsión: dice “cardo” en lugar de “carro”.
Adición
  • Consiste en intercalar junto al sonido que no puede articular, otro que no corresponde a la palabra. Por ejemplo, dice “balanco” en lugar de “blanco”, “teres” en lugar de “tres”.
Inversión
  • Consiste en cambiar el orden de los sonidos. Por ejemplo, dice “cocholate” en lugar de “chocolate”.



Texto redactado por:

María Jesús Meneses Delgado.
Perenquén GPI.

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