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lunes, 29 de junio de 2015

Las vacunas infantiles

Tras el final dramático del niño infectado de difteria, se hace hincapié en la importancias de las vacunas, exponemos el calendario de vacunaciones según la asociación española de pediatría:



Cambios principales del calendario 2015:
  1. Se mantienen al inicio de cada apartado los puntos clave de actuación con cada una de las vacunas. Dentro de los mismos, se añaden otros nuevos, destacando:
  2. Cambio de pauta de vacunación frente al virus del papiloma humano en adolescentes menores de 13 o 14 años, según la vacuna, pudiendo aplicarse solo 2 dosis.
  3. Se reafirma la nueva pauta de vacunación frente al meningococo C con un esquema 1 o 2+1+1: una dosis a los 2 y 4 meses o solo a los 4 meses (según preparado vacunal), otra a los 12 meses y una tercera, en la adolescencia, a los 12 años de edad.
  4. Dada la duración limitada de la inmunidad frente a la tosferina, se insiste en la recomendación de DTPa o la vacuna combinada de baja carga antigénica frente al tétanos, la difteria y la tosferina (Tdpa) a los 6 años y la Tdpa a los 11-12 años. Ya que la gran mayoría de las CC. AA. utilizan la Tdpa a los 6 años, se recomienda que vaya obligatoriamente seguida de otra dosis de Tdpa a los 11-12 años de edad.
  5. La vacuna frente al meningococo B y la de la varicela son vacunas recomendadas por el CAV-AEP no disponibles actualmente en las farmacias comunitarias españolas.
Fuera del calendario infantil, se sigue recomendando la vacunación con Tdpa a la embarazada, a partir de la 27 semana de gestación, y a los miembros del entorno familiar de los recién nacidos (especialmente de la madre en el puerperio inmediato, si no se ha vacunado previamente en el embarazo).


Calendario de vacunación en Canarias:

  2m 4m 6m 12m 18m 3a 6a 12a 14a
 Canarias
(ene/2015)
VHB
DTPa
Hib
VPI
VNC
VHB
DTPa
Hib
VPI
VNC
MenC**
VHB
DTPa
Hib
VPI
VNC
MenC
SRP
DTPa
Hib
VPI
SRPTdpaMenC
Var/2d*
VPH/2d
Td
(VPH)
* Si no está vacunado ni pasó la varicela
** La dosis de MenC de los 4 meses puede ser sustituida por 2 dosis, a los 2 y 4 meses, en función del preparado utilizado
DTPa.- difteria, tétanos y tos ferina acelular
Hib.- Haemophilus influenzae tipo b
MenC.- meningococo C
SRP.- sarampión, rubeola y parotiditis
Td.- tétanos y difteria de adulto
Tdpa.- tétanos, difteria y tos ferina de baja carga antigénica
Var.- varicela
VHB.- hepatitis B
VNC.- neumococo conjugada
VPH.- virus del papiloma humano (solo niñas)
VPI.- polio inyectable

Las vacunas realmente son medicamentos biológicos que cuando las aplicamos a personas que están sanas, lo que sucede es la generación de defensas, es decir, anticuerpos, que protegen a esa personas de futuros contactos con los agentes infecciosos de la enfermedad contra la que actúa la vacuna. De esta manera se consigue evitar la infección o la enfermedad, que antiguamente causaba epidemias, secuelas graves y hasta la muerte.

Los beneficios de la vacuna son tanto para la persona vacunada, como para las no vacunadas que vivan en el mismo entorno, ya que es más difícil la propagación de la enfermedad. Pero como todo, también existen algunos riesgos, aunque es muy importante entender que los riesgos que puedan producir siempre serán inferiores a los riesgos de no estar vacunados.

Por otro lado, las reacciones a las vacunas son leves y pasajeras, ya que desaparecen a los 2 o 3 días. Entre las más frecuentes tenemos:
  • Pérdida de apetito.
  • Enrojecimiento e hinchazón en el punto donde se inyectó.
  • Fiebre ligera.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.riojasalud.es
http://vacunasaep.org



jueves, 11 de junio de 2015

La importancia de la independencia en los menores de 7 años

Todos los padres queremos que nuestros hijos sean los mejores, que consigan un buen trabajo cuando sean mayores, que sean buenos profesionales y obtengan éxito, pero sobre todo que sean felices. Pero parte de conseguir todo esto, radica en la educación desde la infancia, en la manera en que nuestros peques sean independientes, y también en el grado de autonomía que consigan.


Muchas veces no somos conscientes, pero solemos anticiparnos a las acciones de nuestros hijos, no dejamos que realicen actividades que podrían hacer ellos solos, entre otros motivos, por miedo a que se hagan daño o por nuestra propia comodidad. Esto es así porque no nos damos cuenta de que los niños tienen una gran capacidad para resolver problemas y debemos fomentarla.

Algunas formas en que nuestros peques pueden conseguir ser independientes es realizando pequeñas actividades, dependiendo por supuesto de la edad y de su capacidad (evitando frustraciones en los pequeños), ya que no todos los niños son iguales. Como por ejemplo recoger los juguetes, vestirse y bañarse solos, poner la mesa, hacer su cama, etc. También podemos dejar que tomen algunas decisiones que no puedan afectar negativamente a su vida, como que ropa quieren ponerse o qué quieren comer algún día en especial. Con esto conseguimos que se sientan mayores, realizados, capaces y felices.

Los padres deben confiar en la capacidad de su hijo, estimularles con comentarios positivos sobre sus logros, respetar el ritmo de cada niño en aprender y no esperar los mismos resultados, ya que cada uno tiene unas habilidades.

Es muy importante que los niños experimenten lo que es equivocarse o acertar, que entiendan que sus actos pueden traer consecuencias tanto negativas como positivas, ya que son reglas de vida y deben aprenderlo, de otra manera nunca se sentirán capaces y crecerán siendo inseguros y con baja autoestima.

Es decir, los padres deben mantener un equilibrio sano entre la tendencia a proteger a sus hijos y la necesidad de dejar que vayan valiéndose por sí mismos, ya que de eso dependerá en gran medida su felicidad en el futuro.

Hay una etapa en todos los niños en la que comienzan a querer hacerlo todo ellos solos, es una buena ocasión para practicar lo que hemos comentado, ya que si frenamos esta iniciativa luego será más difícil que quiera hacer actividades por sí mismos.

Ejemplos de responsabilidades según la edad y capacidad del niño:
  • A los 3 años. Pueden comenzar a tener hábitos de independencia. A esa edad empiezan a hacer por ellos mismos las actividades relacionadas con la alimentación, la higiene y el autocuidado en general.
  • A los 5 años. Los niños deben vestirse solos y pueden recoger los juguetes con ayuda, lavarse las manos y los dientes. También pueden hacer tareas como llevar la ropa sucia al cesto.
  • A los 6 años. Debe usar correctamente los cubiertos, bañarse o ducharse solos y peinarse. Ya pueden empezar a ayudar en casa en tareas pequeñas. A esa edad ya deben reconocer sus errores y disculparse cuando hacen algo incorrecto.
  • Con 7 años deben mantener su habitación ordenada y ayudar en las tareas del hogar. Pueden levantarse con el despertador y prepararse para ir al colegio solos. Ayudar a hacer su cama, poner la mesa y ordenar sus cosas…También pueden empezar a administrarse con su paga semanal y solucionar sus propios problemas cotidianos ayudados por sus padres.
Decálogo para la autonomía de los pequeños:
  • Ofrece opciones para elegir: Normalmente los niños tienen horarios milimétricamente establecidos, así que es importante encontrar tiempo en el que ellos puedan elegir. Para ello puedes darle opciones: que elijan el juego que desean, el parque al que prefieren ir y el peinado que quiere hacerse. 
  • Déjale actuar sólo: Las primeras veces que coma sólo se manchará, las primeras veces que use el cuchillo y el tenedor tardará o la primera vez que se vista se pondrá la camiseta del revés. Ten paciencia y déjale actuar sólo mientras te mantienes cerca por si te necesita. Sólo así podrá aprender. 
  • Dale su espacio físico y emocional: Deja que tu hijo te cuete sus experiencias cuando le apetezca, atosigarle con preguntas puede hacer que se sienta agobiado o que perciba invadida su privacidad. Aunque sí puedes dar pie a conversaciones que os lleven a charlar sobre cómo se siente o qué tal le ha ido el día. El niño también debe tener un lugar en el que estar tranquilo y solo cuando le apetezca, puede ser su habitación, una cabaña o un rincón de lectura, de juego o de meditación.
  • Déjale pensar: Cuando te haga preguntas puedes darle la respuesta automáticamente o animarle a pensar sus propias respuestas. A buen seguro serán un ejercicio de imaginación fantástica que os hará pasar un buen rato. Luego puedes explicarle cómo es realidad o utilizar la propuesta que os hacemos en el punto 5.
  • Enséñale a buscar soluciones: “¿Quieres que lo busquemos en internet?” o “¿Te apetece que miremos en la biblioteca algún libro sobre ese tema?” Si contestas así a alguna de las preguntas de tu hijo, la respuesta será una aventura que además le mostrará que las respuestas estás, sólo tiene que aprender a encontrarlas, lo que despertará su curiosidad y su autonomía. 
  • No le desanimes: Los niños imaginan grandes aventuras y se proponen retos fabulosos a corto plazo. Cuando lo haga es interesante fomentar sus inquietudes y permitirle experimentar. Si finalmente el resultado no es el que él esperaba, es el momento de enseñarle a reflexionar, apoyarle y a platearse otras posibilidades para establecer nuevo objetivos o para alcanzar el mismo por otro camino.
  • Establece los límites: Fomentar la autonomía no significa dejar que los niños lo hagan todo solos. Tendrás que establecer los límites y supervisarle en todo momento para que sea un experiencia realmente educativa. 
  • Busca las rutinas: La forma más sencilla de aprendizaje para los niños es el juego y las rutinas. Por eso, si fomentamos su responsabilidad y autonomía es importante establecer rutinas como lavarse las manos antes de comer, recoger los juguetes después de jugar, hacer la cama antes de salir de casa, recoger la mesa o hacer los deberes al llegar del colegio. De este modo una actividad le llevará a la otra de modo natural.
  • Ofrece explicaciones: Para empezar a realizar actividades de forma autónoma el niño tiene que saber cómo ha de hacerlas. Por eso hay que darle explicaciones y ofrecerle instrucciones sencillas y claras que le permitan poder seguirlas sin equivocarse. Puedes empezar guiándole o haciéndolas tú primero para que aprenda y pueda seguir sólo. 
  • Si no quiere: Hay niños que se niegan a realizar nuevas actividades, sin embargo, la mayoría aceptan con aquello de “ya eres mayor para hacerlo solito”. Sin embargo, si aun así se niega, debes valorar si lo hace porque la actividad está fuera de su alcance o si es sencillamente porque no quiere. En el primer caso adapta el reto a su edad o elige otro distinto. En el segundo, ignora las quejas y déjale asumir las consecuencias de su conducta. 
Cómo deben comportarse los padres:
  • Ser constantes. Si se quiere enseñar a un niño a que se vista solo, debe ser una norma que se mantenga cada día. No se debe decir a un niño un día que se tiene que vestir solo y al siguiente vestirle nosotros porque tenemos prisa.
  • Explicarle cómo se hace. Los padres deben enseñar a los niños como hacer lo que se les pide. No se puede dejar que se vistan sin mostrarles como se atan los zapatos o pedir que se bañen si saber cómo se lava el pelo.
  • Facilitar el trabajo pero dejando cometer errores. Si se intenta que el niño aprenda a comer solo, debe empezar con alimentos fáciles de pinchar. Hay que evitar que ante sus fallos o las dificultades que se les presenten, los padres les ayuden y acaben haciéndolo ellos
  • Valorar los logros. Felicitar al niño a medida que va consiguiendo hacer las cosas por sí mismo, ya que esto les anima a continuar.
  • Dejarles que se equivoquen. Aprender de los propios errores es una de las principales formas de aprendizaje.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.guiainfantil.com/educacion/autonomia/index.htm
http://www.padresonones.es/noticias/ampliar/1475/noticiasampliardar-autonomia-y-responsabilidad-a-los-ninos
http://www.mujerhoy.com/ser-madre/educar/ninos-seguros-responsables-decalogo-770839032014.html

lunes, 25 de mayo de 2015

¿Sabes qué es la Indefensión Aprendida?

¿Qué es la indefensión aprendida?

La indefensión aprendida ha sido estudiada por Martin Seligman, y nos hace comprender los procesos por los que las personas y los animales, en algunas circunstancias, son incapaces de reaccionar ante situaciones dolorosas. Su teoría se basa en la idea de que la persona se inhibe mostrando pasividad cuando las acciones que realizar para modificar su situación, no producen el fin deseado. Por ello la pasividad aparece como un aprendizaje de una situación en la que se ha visto desprovisto de recursos para poder darle solución, la persona aprende que haga lo que haga no va a poder cambiar sus circunstancias, y ante esta creencia aparece la depresión, la desmotivación, la desilusión y la desgana.

En el campo de la psicología cada vez cobran más fuerza las teorías que establecen la infancia como punto de partida de muchas de las vivencias que se tienen en la etapa adulta. Casos de acoso escolar, estar quemado porque alguien que te hace la vida imposible, maltrato por parte de un familiar, etc, siendo escenas de vidas cotidianas tan dispares entre sí, resultan tener un denominador común: la parte débil, la persona acosada que presenta idénticos síntomas ante esa situación injusta: no se defiende. No sabe, no puede.

¿Cuándo aparece la indefensión aprendida?

Las situaciones incontrolables no son suficiente motivo para desencadenar la depresión e indefensión aprendida, por lo que hay que tener en cuenta también cómo la persona se proporciona la explicación de lo que está sucediendo:
  • Cuando lo atribuye a factores internos, es decir, que lo ve como responsabilidad suya, merma su autoestima. 
  • Cuando lo atribuye a factores estables, es decir, que piensan que las cosas no pueden cambiar nunca en el futuro, lleva a tener ciertos síntomas depresivos que se extenderían en el tiempo. 
  • Cuando lo atribuye a factores globales, se realizaría una sobregeneralización, que afectaría al modo de comportarse en otras muchas situaciones diferentes.
Estos estilos atribucionales representan un grado diferente de vulnerabilidad ante la depresión, que sólo llegaría a manifestarse siempre y cuando se tenga una expectativa de no poder controlar una situación altamente deseable, y que haya desencadenado un hecho aversivo.

En la vida cotidiana aparece en varios escenarios, como son el laboral, el social, el personal, etc. Las personas comienzan a pensar que hagan lo que hagan, no van a conseguir cambiar nada, por lo que dejan de expresar sus deseos e incluso dejan de luchar por sus derechos, soportando una vida infeliz, porque creen que no tienen el control sobre ella. Muchas personas se sienten así frente a su jefe, a su compañero de trabajo, frente al poder político o la situación que nos ha tocado vivir, frente a algún familiar, etc. Un refrán que explica la indefensión aprendida es "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".

¿Cómo educar a niños fuertes que no caigan en la indefensión aprendida?

Para ello se necesita, entre otras muchas:
  • Coherencia en el estilo educacional: es decir, que exista coherencia entre ambos padres, y entre los padres hacia el niño. Coherencia en lo que se dice y lo que se hace, en lo que está bien y lo que está mal. El que el niño vea a los padres como un gran equipo fuerte y sólido, hace que aumente su confianza y autoestima frente al mundo, y tenga una visión positiva de él mismo y de los demás.
  • Una buena incondicionalidad afectiva: los niños deben sentirse amados y aceptados en todo momento, de manera totalmente independiente a su comportamiento, por lo que hay que poner límites y educar bien pero sin perder de vista el amor. Hay que diferenciar que los niños no son malos, sino que a veces se portal mal, esta diferencia es muy importante.
  • Fuertes aprendizajes de estrategias de afrontamiento: debemos enseñarles estrategias de afrontamiento a los niños para cuando pasen por circunstancias difíciles o que no sepan como superar, ya que de otra manera sentirán que no son capaces de nada.
  • Que no exista miedo en las figuras de apego: en la indefensión aprendida siempre aparece el miedo, que es el responsable de bloquear la posibilidad de actuar, además, hace que el organismo entre en un estado de alerta donde sólo puede huir o atacar. Pero los niños no tienen esta posibilidad, por lo que acaban paralizados y con una enorme sensación de indefensión y vulnerabilidad. Es horrible que un niño sienta miedo hacia las personas que deberían amarle y protegerle, por lo que aparecen los trastornos afectivos.
  • Sustituir la culpa por responsabilidad: no se trata de echarles la culpa a los niños cuando hagan algo malo, sino de inculcarles la responsabilidad de reponer el daño que han causado. Además, pueden llegar a pensar que merecen los que les sucede, ya que es su culpa, y la autoestima se daña.
  • Transmitir la motivación de logro y la percepción de competencia: los padres son los principales modelos para los niños, por lo que son un ejemplo importantísimo. Muchos padres quieren proteger a los niños de todo, y no dejan que expresen y practiquen su potencial, ni desarrollen la capacidad de resolución de problemas, ni perfeccionen sus estrategias de afrontamiento, etc. Debemos permitir que los niños tengan la oportunidad de sentirse competentes y capaces de realizar ciertas actividades, de esta manera llegan a aprender que sus actos pueden tener consecuencias y que son capaces de influir sobre el medio. Por otro lado, los niños también necesitan fracasar, es necesario que a veces se sientan tristes, enfadados, frustrados, ya que el evitar a toda costa que vivan estas emociones, hace que no aprendan. En definitiva, la motivación de logro es saber ser hábil para conseguir metas y objetivos, pero siempre desde nuestro control interno, que es el que alimenta la autoestima.
Ejemplos cotidianos de indefensión aprendida:

En la violencia de género aparece sin duda la indefensión aprendida, ya que estas personas son incapaces de ayudarse a sí mismas, ni de realizar algún acto que las saque de donde se encuentran. Son capaces de soportar las agresiones tanto físicas como psicológicas de su agresor, con la idea de que esa persona cambiará, y echándose la culpa de lo que ocurre, pensando que nada se puede hacer al respecto. Generalmente no basta con la decisión para poner fin a la violencia, es necesario el apoyo de profesionales para romper con esa situación.

Otro ejemplo lo tenemos en el método Ferber o Estivill, que nos viene a decir que no debemos atender a la llamada de un bebé cuando llora. Hay que tener claro que los bebés no tienen motricidad suficiente y mucho menos la palabra para poder buscar ayuda por sí mismos, por lo que el no acudir a su llanto, que es su único medio de comunicación, hace que se sienta en una inmensa vulnerabilidad. Es decir, si no obtiene respuesta a su llamada de auxilio, aprenderá que haga lo que haga no puede cambiar nada, y pensará que no tiene poder para manejar la realidad, y este aprendizaje tan desesperanzador quedará grabado a fuego en su cerebro en desarrollo y dejará una huella imborrable en su futura manera de interactuar con el mundo.

Frases que no debemos decir: 
  • No vales para nada.
  • Por mucho que te esfuerces no lo vas a conseguir.
  • No lo intentes.
  • No eres capaz.
  • Por culpa tuya.
  • Te quiero si eres, te portas… etc.
  • Se hace lo que yo digo.
  • Porque yo lo digo y punto, etc.

En resumen, las personas con sufren de indefensión aprendida son:

Personas que han «tirado la toalla», que asumen su condición de víctima como un destino inmutable, depresivas, con una visión oscura y pesimista del mundo, se sienten como hojas manejadas por el viento. No toman decisiones, no asumen el control de sus vidas, justifican lo que les ocurre y sobre todo se sienten sin esperanza, profundamente indefensas.

¿Qué hacer ante esta situación?

Lo que se debe hacer es reconstruir la autoestima, encontrar un sentido a la vida, realizar una labor intensa y meticulosa de toma de conciencia que vaya poco a poco devolviendo el poder a la persona.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://psiqueviva.com/que-es-la-indefension-aprendida/
http://mariangelesalvarez.com/igualdad/relacion-de-control-o-igual/la-indefension-aprendida/
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150307/abci-gema-lendoiro-sabado-201503061349.html

martes, 5 de mayo de 2015

Cómo mejorar la Atención en los niños

Los niños se distraen fácilmente ya que su entorno está lleno de información, novedades y estímulos, pero cuando los problemas en mantener la atención son serios, pueden llevar a problemas de aprendizaje. Esto es así porque sin concentración es imposible aprender algo, por lo que es importante crear un ambiente que predisponga al pequeño, por ello se necesita:
  • Buscar un espacio adecuado a la actividad que va a realizar. En el caso del estudio, debe tratarse de una zona bien iluminada, silenciosa y aireada. Conviene que se trate siempre del mismo espacio; de esta forma, con el tiempo se produce una asociación que predispone a la persona hacia una actitud acorde con lo que va a hacer y, por tanto, de mayor concentración.
  • Crear rutinas y hábitos de estudio. Conviene empezar a estudiar todos los días a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral. Si una persona se acostumbra a hacer el esfuerzo de concentrarse todos los días a la misma hora, al cabo de unos días logrará que su mente se concentre con más facilidad a esa hora. Para un niño de Primaria, de media hora a una hora seria un tiempo razonable, mientras que uno de Secundaria debería dedicar alrededor de una hora y media.
  • Diversificar las tareas. Cambiar de materia o asignatura de estudio cada cierto tiempo. Los cambios ayudan a iniciar el proceso de atención y así el niño podrá mantener la concentración por más tiempo.
  • Marcar tiempos. Es necesario establecer un tiempo para realizar cada tarea o actividad y que se exija realizarla en el tiempo previsto.
  • Preparar previamente aquello que se vaya a necesitar. Las constantes idas y venidas en busca de algo rompen la concentración. 
  • Evitar distracciones como la televisión, la radio o el ordenador, si no se necesita para la tarea. La música tranquila puede ayudar a algunas personas a concentrarse, pero nunca se debe poner música con canciones, ya que seguir la letra dificulta la atención sobre la tarea.
  • Centrar la mente. Para estar a pleno rendimiento, la concentración requiere un calentamiento previo, que puede consistir en dedicar unos minutos (no más de cinco) a tachar algunas letras (elegir alguna) de una hoja de periódico. A continuación, puede pasar a hacer la actividad programada.
  • Fijarse objetivos a corto plazo. Aunque tengamos en mente una meta lejana, como puede ser aprobar bien el curso, siempre hay que tener objetivos cercanos. De esta forma, facilitamos la planificación que es una de las bases de la atención. Además, al ver con más facilidad como se van cumpliendo esos objetivos la motivación aumenta.
  • Trazar metas y objetivos. Es muy importante que el niño tenga claras las metas a alcanzar. Cuando queremos algo de verdad y con fuerza, movilizamos muchos de nuestros recursos para tratar de alcanzarlo. Por tanto, si el niño tiene claro su objetivo en el estudio, más de su parte pondrá para conseguirlo.
  • Organizar tareas. Conviene realizar las tareas más difíciles cuando el niño esté más descansado.
  • Subrayar, hacer esquemas y resumir. Estas tareas ayudan mucho a los niños que se distraen con facilidad y no son capaces de sostener la concentración.
  • Usar reglas nemotécnicas, y repasando el tema. No es lo mismo entender la lección que sólo memorizarla. El proceso de aprendizaje implica entender lo que se quiere asimilar y luego memorizarlo, y se realiza a través de la repetición de los contenidos.
  • Aumentar la motivación con comentarios positivos. En los niños de 7 años en adelante, además, es fundamental que aprenda a “autoreforzarse”, es decir, que él mismo se felicite y se sienta orgulloso por el trabajo bien hecho a la vista de los resultados.
  • Intercalar descansos. El proceso de atención sigue una curva que suele decaer con el tiempo. Por ello, es conveniente intercalar descansos para recuperar la concentración
  • Ansiedad ante los exámenes. El niño puede ser buen estudiante, pero el miedo a suspender le angustia, le agobia y acaba por perder la confianza en si mismo. Siente nerviosismo y ansiedad en los días previos a los exámenes, y crea pensamientos negativos sobre sus resultados. Como consecuencia, puede presentar dolor de estómago, insomnio, sudor en las manos, inapetencia y tensión muscular, además de palpitaciones. Algunos desarrollan acciones automáticas como comerse las uñas, por ejemplo. Por ello es conveniente, primero, ayudar al niño explicándole lo que le pasa para que sepa que todo tiene remedio. Luego, enséñale a desarrollar pensamientos positivos, centrando su atención en lo que tiene que hacer aquí y ahora, sin compararle con los demás. Es necesario enseñar al niño a relajarse para superar la situación para que evite asistir al examen, aunque le parezca difícil.

Se proponen algunos juegos y ejercicios para mejorar la concentración:
  • Los rompecabezas son un excelente ejercicio de observación.
  • Copiar dibujos implica fijarse mucho en los detalles.
  • Los dibujos con números le obligan a fijarse y unir las líneas o colorear de acuerdo a lo indicado.
  • Los juegos de memoria o juegos de parejas también requieren mucha atención
  • Los juegos de buscar diferencias ejercitan la atención sostenida.
  • Relacionar textos con dibujos o colocar una tira cómica en el orden adecuado es divertido y ayuda a la concentración.
  • Aprender la letra de canciones o poemas es también un buen entrenamiento.
  • Las sopas de letras también se resuelven con mucha atención.
  • Los laberintos son divertidos y necesitan atención e inteligencia espacial.
  • Los mandalas para colorear son un excelente ejercicio de concentración. 
  • Los dibujos abstractos muy complejos, con muchas casillas pequeñas.
  • En general, todos los juegos de mesa como naipes, dominó, juego de la oca, parchís... unen la diversión con la obligación de concentrarse durante largos periodos. 

Cómo adultos podemos ayudar a que nuestros hijos alcancen estos cuatro factores de la siguiente manera:
  • Animar al niño/a para que este se implique con la tarea que quiere ejecutar, transmitir motivación. Ayudar a valorar todos los aspectos positivos de la actividad y los beneficios que conseguirá una vez termine la tarea.
  • Recalcar, felicitar, señalar el esfuerzo que el niño/a ha hecho, y ayudarle a comprender que el trabajo que ha realizado ha tenido sus frutos, valorando al mismo tiempo la satisfacción personal que supone haber alcanzado una meta.
  • Es oportuno que exista un tiempo en el cual los niños/as puedan desconectar de todas las actividades y tareas que están llevando a cabo, por ello brindaremos unos minutos de tiempo libre para reemprender la tarea con energía, no podemos pedir a nuestros pequeños que se concentren realizando una actividad el mismo tiempo que nosotros, sencillamente no están preparados, por ello deberíamos proponer cada cuarenta o cuarenta y cinco minutos de actividad, un tiempo de descanso (unos minutos) beber un vaso de agua, ir al aseo, comer algo… todo ello les ayudar a reemprender la tarea con mayor energía.

Por último y como actividades complementarias, que ayudarán a que el niño/a relaje sus tensiones, se valore, aprenda a realizar tareas de forma bien hecha y pausada, podemos ofrecerle:
  • Actividades para quemar energía: son aquellas actividades con las que el niño/a libera gran cantidad de endorfinas, ello le hace sentirse bien, como puede ser la práctica de un deporte.
  • Actividades relajantes que ayuden a evadirse de las presiones y a encontrarse con uno mismo: relajación, técnicas de respiración…
  • Actividades que mejoren la expresión de emociones: el diálogo, la lectura (a través de la lectura los niños/as identifican emociones)…

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.guiainfantil.com
http://www.guiainfantil.com
http://www.guiadelnino.com
http://www.educapeques.com

lunes, 27 de abril de 2015

La Serotonina, esa gran manipuladora!

Las situaciones que vivimos a lo largo del día afectan a nuestro cuerpo de una manera positiva o negativa, y eso no lo podemos evitar. Pero nuestro estado de ánimo además se ve afectado por la forma en que percibimos e interpretamos esas situaciones, junto a la disposición biológica de cada uno, y eso sí que es susceptible de cambio.

La Serotonina es un neurotransmisor que tiene un gran papel en nuestro bienestar, ya que si los niveles son bajos, caemos en un estado depresivo, mientras que si son niveles adecuados, nos sentimos felices.

Nuestro cuerpo es el que fabrica este neurotransmisor, pero a veces su funcionamiento se ve alterado por múltiples causas, tales como el estrés, la ansiedad, alguna enfermedad, etc. Por ello se suele recetar inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, es decir, antidepresivos. 

Pero también existen algunas pautas naturales que podemos realizar para influir en la producción de serotonina, como comer algunos carbohidratos (pasta, arroz) o alimentos ricos en triptófano (plátano, almendras, nueces). También aumentan los niveles de serotonina el ejercicio vigoroso (durante mínimo 15 a 30 minutos al día), hacer actividades novedosas, practicar técnicas de relajación (meditación, yoga).

Muchas veces comemos dulces porque el cuerpo nos lo pide y casi no lo podemos evitar, y tras haberlo ingerido, los niveles de serotonina suben, produciéndonos bienestar y es cuando pensamos que no nos lo teníamos que haber comido, pero ya está hecho.

Es curioso que cuando los niveles de serotonina están altos, la sensación de felicidad hace que disminuyan las ganas de comer dulces. Pero cuando los niveles son bajos, el cuerpo nos pide algo dulcito, de ahí la fama del chocolate para nuestro bienestar.

La producción de Serotonina se encuentra bajo el control de la luz solar, ya que se produce por una glándula que se activa al anochecer y va disminuyendo su producción durante la claridad. Es decir, por la mañana los niveles son altos pero según va pasando el día, los niveles caen, sobre todo tras las 4 de la tarde, por eso a esas horas es cuando las personas se sienten más tristes y ansiosas.

Investigadores han descubierto que de ahí viene el incremento de los síntomas depresivos de las personas en los meses de otoño e invierno, porque la luz solar permanece menos tiempo y hace que disminuya la actividad de las neuronas que contienen dicho neurotransmisor. Incluso esto es más acusado en las personas con depresión, por eso la fototerapia para reducir los síntomas depresivos en estos pacientes se basa probablemente en la capacidad de la luz para activar esas neuronas.

Por otro lado, la Serotonina, como muchas otras hormonas, es una droga natural que se asemeja al LSD, por ello se dice que juega un papel importante en varios desórdenes y que puede ser utilizada como droga para intentar curar comportamientos suicidas, y problemas físicos. Esto es así porque tiene efectos emocionales inmediatos, los fármacos que se suelen recetar a pacientes depresivos, tienen estructuras químicas análogas.

Incluso, aunque no lo parezca, hay una conexión directa (para los varones mamíferos dominantes solamente) entre la energía, la serotonina y la actividad sexual (que explica porqué son generalmente también los más activos sexualmente).


Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://viajealcentrodelcerebro.es.tl/La-serotonina.htm

martes, 21 de abril de 2015

Las ventajas de llorar

Llorar genera sensación de tranquilidad cuando nos sentimos tensos, ansiosos, enfadados, tristes... así que no lo evites cuando sientas que te hace falta!

Aquí te exponemos 8 ventajas de llorar:
  1. Elimina las emociones negativas. Llorar hace que las emociones (rabia, ira, angustia, entre otras) salgan fuera de manera física y con ello, disminuyan las sensaciones negativas que sentimos. 
  2. Ayuda a aceptar el error cometido para corregirlo. Si se llora por un motivo en especial, como un error, y se aprende, la persona evoluciona, generando cambios importantes en su vida. 
  3. Expresa sentimientos. Desde bebés nos comunicamos por medio del llanto, por eso al llegar a la madurez no deberíamos dejarlo de lado. Llorar visibiliza nuestros sentimientos.
  4. Es un grito de ayuda. Cuando lloramos, indirectamente, estamos enviando el mensaje de que queremos ser socorridos. A veces no somos capaces de pedir ayuda con palabras pero igualmente queremos que nos brinden apoyo, y llorar es una buena manera.
  5. Genera bienestar. Tras el llanto aparece una sensación de alivio, de desahogo, de descanso, que libera la presión retenida.
  6. Ayuda al autoconocimiento. Al llorar reconocemos nuestras propias debilidades y nuestras cualidades para asumir el mundo, de esta manera nos conocemos mucho mejor y nos sentiremos mejor con nosotros mismos.
  7. Elimina toxinas. Llorar ayuda a combatir las bacterias que se acumulan en la vista, al limpiar el canal visual y evitando la sequedad de los ojos. 
  8. Libera el estrés. Genera liberación de adrenalina, (hormona encargada de la activación de nuestro sistema nervioso) y noradrenalina (conocida como la hormona del estrés), que ayudan a eliminar la tensión física y emocional. 

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.cromos.com.co/estilo-de-vida/cuidado-personal/articulo-147297-8-beneficios-de-llorar

lunes, 13 de abril de 2015

¿Realmente tengo depresión?

¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo, un estado de decaimiento y sometimiento tanto psicológico y biológico, siendo importante y continuado, que se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y somáticos (pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución del peso corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de somnolencia, etc).

Hay que tener en cuenta que como depresión se descartan los episodios de tristeza pasajera o frustración, ya que se consideran una reacción natural de la persona ante acontecimientos negativos (duelos, divorcios, etc.) aunque si se prolonga más allá de los 6 meses o es tan importante que incapacite a la persona, puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como una depresión mayor.

Tampoco se engloba como depresión los síntomas depresivos ante situaciones que conlleven un fuerte estrés, pero que luego irán remitiendo paulatinamente a partir de que desaparezca el desencadenante del estrés; es lo que se denomina trastorno adaptativo con estado de ánimo deprimido.

Los mismo ocurre con las depresiones secundarias, que son aquellas que muestran síntomas depresivos pero que tienen su causa en problemas somáticos o están provocados por ciertos medicamentos.

Algunos especialistas nos alertan de que todos en algún momento pasaremos por una depresión en nuestras vidas y de que la mitad de las personas que sufren depresión, dejan el tratamiento antes de los 6 meses recomendados, llevando a recaídas y cronicidad.

Tipos de depresión:

Grupo A
  • Duración no inferior a 2 semanas.
  • No atribuible al consumo de sustancias psicoactivas o a trastornos mentales orgánicos.
Grupo B
  • Humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante. No varía con las circunstancias ambientales del sujeto, y persiste al menos durante 2 semanas.
  • Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.
  • Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.
Grupo C
  • Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.
  • Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa excesiva e inadecuada.
  • Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.
  • Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele acompañarse de falta de decisión.
  • Aparición de lentitud de las funciones motoras, o agitación.
  • Alteraciones del sueño.
  • Variaciones del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o descenso marcado del apetito).
Grupo D
  • Presencia de síndrome somático, compuesto por alucinaciones, delirios, retardo psicomotor o estupor grave, concordantes o no con el estado anímico del paciente.
De acuerdo a estos criterios se puede clasificar el cuadro depresivo en:

  • Episodio depresivo leve: presenta dos o tres síntomas del grupo B. Estos pacientes, por lo general, son capaces de continuar con sus actividades habituales con total normalidad.
  • Episodio depresivo moderado: el paciente presenta al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del grupo C, hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Estos pacientes presentan dificultades manifiestas para el desarrollo de las actividades habituales.
  • Episodio depresivo grave: presentan todos los síntomas del grupo B, unidos a varios del grupo C, hasta conformar un mínimo de ocho síntomas. Estos pacientes presentan una situación emocional marcadamente ligada a la angustia, especialmente con pérdida de autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad. En estos episodios cobran relevancia los intentos de suicidio, asociados a la carga somática, principalmente en los pacientes de sexo masculino, por lo que estos pacientes deben ser controlados de forma constante e incluso, en determinados casos, se debe valorar la hospitalización del paciente. En esta fase pueden aparecer asociados síntomas del grupo D.
Causas de la depresión:

Entre las principales causas se encuentran:
  • Factores genéticos.
La presencia de antecedentes de depresión en el ámbito familiar cercano (padres y hermanos) incrementa en un 25-30% la probabilidad de sufrir depresión. En diversos estudios se ha determinado que en los gemelos monocigóticos hay un 50% más de probabilidades de que uno de los hermanos padezca depresión en el caso de existir precedentes en el otro. Este porcentaje se reduce al 25% en el caso de gemelos dicigóticos.
  • Factores fisiológicos.
La aparición y cronificación de la depresión se ha relacionado especialmente con un descenso de los niveles de serotonina a nivel de las uniones neuronales. Por este motivo, en el tratamiento de la depresión se emplea en ocasiones un grupo de fámacos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, cuya función consiste precisamente en modificar los niveles de serotonina que se encuentran alterados en estos pacientes. Existe, además, un grupo de enfermedades estrechamente ligadas a la aparición de depresión, la mayoría de ellas relacionadas con alteraciones endocrinas:
  1. Migraña.
  2. Diabetes.
  3. Hipertiroidismo.
  4. Síndrome de Cushing.
  5. Enfermedad de Adisson.
  6. Amenorrea hiperprolactinémica.
  • Factores personales.
Se ha visto que existe un porcentaje significativamente mayor de depresión en mujeres que en hombres. La edad también es un factor influyente, y la franja comprendida entre los 35 y los 45 años es la de mayor incidencia de depresiones. El embarazo y el posparto son etapas vitales de la mujer con un mayor riesgo de aparición de depresión debido a las alteraciones hormonales sufridas.
  • Factores ambientales
Se consideran factores potenciadores de la aparición de este trastorno todos aquellos que son negativos para el sujeto (estrés, ansiedad, incapacidad de encauzar los problemas...) en cualquiera de sus ámbitos personales (laboral, familiar...), en especial si el sujeto se encuentra además en una situación de dependencia o consumo habitual de alcohol, tabaco, drogas, etcétera. Una situación de escasas o nulas relaciones interpersonales potencia especialmente estos factores.

Síntomas de la depresión:

Son varios los síntomas que pueden presentarse durante la depresión, sabiendo que, cuantos más síntomas se aparezcan y cuanto más graves sean, más difícil será la recuperación.

De forma general, deben existir al menos 2 de estos 3 síntomas típicos de la depresión:
  • Ánimo o humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante.
  • Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.
  • Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.
Además pueden aparecer los siguientes síntomas:
  • Estado de ánimo depresivo, de duración no inferior a dos semanas.
  • Situación no atribuible al empleo de sustancias psicoactivas o a la presencia de algún trastorno mental orgánico.
  • Disminución o desaparición del interés y la capacidad de disfrute por las cosas que anteriormente resultaban placenteras.
  • Ausencia de respuestas emocionales ante eventos que, generalmente, suelen desencadenar reacciones.
  • Alteraciones del sueño: es especialmente frecuente la incapacidad de conciliar el sueño (insomnio de conciliación), la de mantenerlo durante más de dos horas consecutivas (insomnio de mantenimiento), o despertarse al menos dos horas antes de la hora prevista.
  • Empeoramiento progresivo durante el día del humor depresivo.
  • Aparición de lentitud en las funciones motoras o agitación.
  • Disminución marcada del apetito.
  • Disminución del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o descenso marcado del apetito) de al menos un 5% en el último mes evaluado.
  • Disminución marcada o ausencia de apetito sexual.
  • Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.
  • Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa excesiva e inadecuada.
  • Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.
  • Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele acompañarse de falta de decisión.
En este sentido también es muy importante el papel de la familia a la hora de detectar los síntomas de la depresión.

Aquí te dejamos un test de depresión:
http://testdedepresion.com

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado

Enlaces consultados:
http://www.webconsultas.com/depresion

sábado, 4 de abril de 2015

¿Qué tener en cuenta cuando esperamos nuestro primer bebé?

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de traer al mundo a nuestro primer bebé?

  1. Desde que le comuniquemos a nuestros familiares y amigos que vamos a tener un bebé, comenzamos a recibir miles de recomendaciones, muchas contradictorias incluso, sobre cómo deberíamos afrontar estos momentos. Pero al final, de lo que se aprende es de la propia experiencia, porque una cosa es lo que pensamos que es ser padres y otra muy distinta es serlo. Nunca somos totalmente conscientes de lo que nos va a cambiar la vida cuando tengamos a nuestro hijo. Así que sólo nos queda relajarnos, disfrutar del momento y aprender un poco cada día.
  2. Tras el parto, la pareja debe pasar unos días de cuarentena sexual para que la mujer se recupere, por eso debemos mantener la llama de la pasión encendida. No debemos dejar que nuestro nuevo rol de padres enfríe la relación amorosa.
  3. El bebé trastocará por completo nuestra rutina y horarios, con lo que llegará el cansancio y saldrá a flote el mal humor. No debemos olvidarnos de la buena comunicación entre la pareja, la complicidad y la generosidad.
  4. Al principio, sobre todo en la madres, nos cuesta mucho despegarnos del bebé, pero es vital crear espacios de intimidad para la pareja. Todo el mundo gira alrededor del bebé, pero al menos una vez a la semana es recomendable crear un espacio para los dos. Aunque es difícil de realizar, no hay que dejar este punto a un lado, ya que en los primeros 3 años tras el nacimiento, se producen muchas separaciones, y son los niños quienes lo acaban pagando.
  5. El bebé nos demandará casi al 100%. Si la madre le da el pecho, el bebé le necesitará una media de 6 horas diarias, más cambiarle de pañal 7 veces al día, mimarlo, jugar, etc.
  6. Encima, la mayoría de los bebés se despiertan llorando varias veces durante la noche, ya que el llanto es su medio de comunicación. Aquí es cuando empiezan los "te toca a tí", así que debemos ser pacientes y generosos, e intentar no pagar nuestro mal humor por el cansancio con nuestra pareja y por supuesto, tampoco con el bebé.
  7. En los fines de semana, los hobbys que teníamos, van desapareciendo para pasar a ejercer de padres. Pero como decíamos antes, podemos organizarnos bien y buscar tiempo para todo. También buscar la complicidad de la pareja para mantener un poco de vida personal de cada uno por separado. Es una tarea realmente complicada, ya que nuestro bebé necesita una atención de 24 horas, pero si tenemos algún miembro de la familia en la que confiar, se facilitan más las cosas.
  8. Y como decimos que el bebé necesita 24 horas de atención, vienen las preguntas de: nos podemos permitir dejar de trabajar uno de los dos? Quién de los dos? Hay dinero para guardería? Hay muchas cuestiones y cálculos que hacer.
  9. Por otra parte, la mayoría hacemos proyecciones de nosotros mismos sobre nuestros hijos, es decir, proyectamos en ellos nuestros miedos, carencias, fracasos, etc. Por lo que muchos intentan convertirse en padres perfectos y cayendo en dos tópicos: padres hiperexigentes o padres sobreprotectores. Ambos estilos son perjudiciales para el bebé. Por ello, se debe tener en cuenta que los pequeños deben sentir el dolor si se caen al suelo, deben experimentar por ellos mismos, necesitan equivocarse para poder aprender, etc.
  10. Lo mejor que podemos ofrecerle a nuestro bebé es compartir nuestro bienestar emocional, tener sus necesidades como nuestras prioridades, brindarle amor, paciencia, comprensión y como hemos venido diciendo durante todo el artículo, no perder de vista nuestra vida amorosa.
  11. En cualquier caso, si en algún momento tenemos dudas sobre alguna cuestión, las circunstancias nos sobrepasan o no sabemos llevarla, no dude en acudir a un especialista. Todos en algún momento necesitamos ayuda y no debemos avergonzarnos por ello, ni sentirnos malos padres, ya que precisamente eso es lo que nos indica que lo estamos haciendo bien.


Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://elpais.com/elpais/2014/03/26/eps/1395835156_851247.html

martes, 31 de marzo de 2015

Guía para conocer el Autismo

Sabemos muy poco sobre el Autismo, por eso, en el Día del Autismo, vamos a explicar algunos datos que todos deberíamos conocer.
  • Lo correcto sería hablar de persona con autismo, no de autista. Se debe emplear la expresión "persona con autismo" en lugar de la palabra "autista". Primero se ha de poner la condición de persona antes de definirla por su discapacidad, ya que eso es discriminatorio.
  • Como correcto sería dejar de pensar que carecen de sentimientos, que viven aislados en su propio mundo o que tienen discapacidad intelectual. No es cierto ya que ríen, lloran, se entristecen, se enfadan…Nos demuestran que son personas que sienten, aunque a veces no sepan cómo expresar sus sentimientos. Tampoco están aislados en su propio mundo, las personas con autismo hacen a diario esfuerzos para comunicarse y no viven en otro planeta. Tienen discapacidad intelectual, también es incierto ya que cada persona es un caso concreto por lo que hay personas con autismo que sí que la tienen y otras no.
  • Casos de mala utilización del término en ámbitos, sobre todo, políticos: "Me asombra el autismo de los sindicatos" o "con una política autista se enfrentan a la crisis". Un lenguaje que tanto el colectivo de personas autistas como sus familiares tachan de discriminatorio.

  • ¿Qué es el autismo? No es una enfermedad. Se trata de un trastorno del desarrollo infantil que en cada persona se manifiesta de una forma diferente por lo que no hay que generalizar. Se debe emplear la expresión "persona con autismo" en lugar de "autista".
  • ¿Cuáles son sus rasgos más comunes? Dificultades en el lenguaje y la incomunicación, pero no incapacidad, dificultades para comprender y establecer relaciones sociales y comportamientos que se repiten e intereses por no demasiadas cosas. Con los apoyos adecuados, es posible ayudar a la persona a que los amplíe. 
  • ¿Quién tiene autismo? Uno de cada 150 niños en edad escolar presenta algún trastorno del espectro autista, afectando más a hombres que a mujeres.
  • ¿Cuáles son las causas? El autismo es consecuencia de alteraciones en las funciones o estructuras del cerebro de la persona que lo tiene y está considerado un trastorno neurológico y psiquiátrico de origen genético. 
  • ¿Cómo se puede ayudar a las personas con autismo? Se puede mejorar su calidad de vida con un diagnóstico temprano; una educación e intervención especializadas, y con los recursos sociales y comunitarios que necesiten para participar en la sociedad. 
Por ello, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad, han publicado una pequeña Guía de autismo, elaborada por la Oficina Permanente Especializada (OPE), en una lectura muy sencilla y fácil para que todos podamos comprenderlo.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.20minutos.es

lunes, 23 de marzo de 2015

Estimulación Psicomotora en los Bebés

En los últimos años ha habido un aumento en el interés del papel del desarrollo psicomotor en el proceso educativo de los niños, ya que se ha comprobado que tiene un gran influencia en el desarrollo general, sobre todo en los periodos iniciales de la vida.

El tono muscular, la postura, y el movimiento son las primeras formas de comunicación humana con el medio. Por otro lado, los procesos de aprendizaje se establecen sobre el sistema tónico-postural y la actividad motriz coordinada e intencional, por ello, toda alteración que afecte el desarrollo psicomotor en los niños, es potencialmente generadora de una discapacidad de aprendizaje. Por ello, el movimiento se entiende como un facilitador primario de desarrollo cognitivo, afectivo y motor, sobre todo en la infancia y en la niñez. Las facultades futuras de los niños, dependerán de su capacidad para moverse.

Todos los bebés están dotados con ciertas habilidades innatas, pero el que logren desarrollarlas al máximo o no, dependerá del entorno, es decir, de los padres.  Los sistemas del bebé están en plena evolución y dependen de la interacción que tengan con el medio ambiente, para poder desarrollarse plenamente o no.

En el primer año de vida del pequeño, el cerebro crece a una velocidad importante, alcanzando el 75% de su desarrollo, por lo que es muy importante aprovechar este periodo para estimular al bebé. Gracias a la estimulación, desarrollará su inteligencia, sus movimientos, etc.

Cuando un niño mueve alguna parte de su cuerpo, se potencian 2 tipos de aprendizaje:

  1. Aprender para moverse.
  2. Moverse para aprender.
La gravedad es otro problema añadido, ya que dentro del útero materno no tenía la misma sensación. El pequeño debe adaptarse a ella, aprendiendo a través de los intentos, de ensayo- error y repetición. Además, gracias a la base que trae programada en su cerebro, a su sistema nervioso y a la actividad, movimientos y posturas que va realizando, termina dominándolo y desarrollando un mecanismo de control postural, Los niños tardan entre 18 y 20 meses en empezar a tener dicho control postural, que le permita efectuar movimientos con un mínimo de equilibrio y coordinación.

Hasta hace poco tiempo, el desarrollo de las habilidades motrices y psicomotoras de los niños se creían azarosas, suponiendo que la maduración y la experiencia personal de cada pequeño era suficiente para alcanzar un desarrollo psicomotor adecuado. Hoy en día, se sabe que sin experiencias psicomotoras apropiadas, algunos niños son incapaces de desarrollarse como deberían.

No todos los niños que comienzan la escuela sobre los 3 añitos, poseen conocimientos del cuerpo, ni tienen un dominio adecuado sobre él, es decir, algunos niños pueden presentar dificultades relacionadas con la coordinación, el control postural, la lateralidad o la estructuración espacio-temporal, afectando de alguna manera a su desarrollo.

Los periodos de la niñez temprana y media son críticos para el desarrollo de habilidades motrices elementales, muchas de las cuales se tienen que integrar de manera posterior en habilidades más complejas, que son necesarias para poder participar en actividades variadas.

La estimulación temprana lo que pretende es aproximar el medio ambiente al pequeño, amplificarlo, cambiarlo si es necesario, facilitar el acercamiento a éste, mostrarle habilidades motrices básicas al bebé para que pueda interactuar con el entorno y para que pueda tener experiencias adecuadas que despierten su cerebro. 

Como hemos dicho, el desarrollo óptimo de las funciones perceptivas e intelectuales del niño, dependen de una variada y equilibrada estimulación durante los primeros meses de vida. Y a través del movimiento se excitarán los aparatos sensoriales del bebé, llevando la información al cerebro que debe aprender a procesarla y a producir respuestas correctas.

En definitiva, el niño va a dominar y a comprender el mundo a través de su propia exploración, por lo que los adultos deben ayudarle facilitando la interacción por medio de juegos, juguetes, ejercicios de estimulación, etc, que sepan sacarle partido a las experiencias y canalizándolas hacia un buen control de la motricidad. Así, el pequeño interiorizará las sensaciones profundas y superficiales que vaya sintiendo y desarrollará una buena representación de su propio cuerpo.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Revista consultada:
Revista canaria de la salud