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miércoles, 23 de julio de 2014

Técnicas que puedes usar para modificar la conducta de tu hijo ( Modificación de Conducta)

Las principales técnicas operantes que en nuestra opinión serían bastante útiles y sencillas de practicar para los padres son:

Reforzamiento positivo:

El reforzamiento positivo consiste en ofrecer al niño algo que le gusta, justo después de que haga lo que deseamos. Para que ésta técnica sea efectiva, el reforzador tiene que ser contingente, es decir, tiene que aparecer inmediatamente tras la conducta del niño, y además tiene que sea algo que realmente le guste.

Es importante sólo entregar el reforzador siempre que se lo haya ganado, incluso diciéndole al niño el motivo por el cual se lo damos.

Para instaurar conductas es más adecuado un reforzamiento continuo (cada vez que realice la conducta), y para mantener conductas una vez ya aprendidas, un reforzamiento intermitente (cada cierto número de veces que la realice, por ejemplo)

Algunos ejemplos:

  • Decir “muy bien hecho” cuando se haya vestido solo. 
  • Darle su merienda preferida, por haber terminado los deberes del cole. 

Reforzamiento negativo:

Esta técnica consiste en retirar o reducir un estímulo que al niño no le gusta, justo después de que realice la conducta que deseamos.

Es importante saber exactamente qué conducta es la deseable y seleccionar uno o más estímulos que sabemos que al niño le van a desagradar lo suficiente, como para querer evitarlos. Además de explicarle qué es lo que puede hacer para evitarlo.

Se explica más fácilmente con unos ejemplos:
  • El niño que recoge su habitación para que su padre deje de mirarlo enfadado. 
  • Comerse toda la comida, para no perderse el partido de fútbol. 

Castigo:

Esta técnica consiste en presentar algo al niño que no le gusta, tras haber realizado la conducta indeseada.

Es necesario que el niño sepa qué conducta es la que deseamos

Hay que tener cuidado porque tiene efectos secundarios negativos.

Ejemplos:
  • Un niño tira las cosas de la mesa al suelo y el padre le quita el postre. 
  • Unos chicos que están jugando a la consola y se ponen a saltar en los sillones, y la madre les quita la consola. 

Extinción:

Es cuando dejamos de recompensar una conducta que antes recibía reforzamiento.

Hay que saber qué reforzadores son los que están manteniendo la conducta que queremos eliminar, para poder controlarlos. Siempre va a aparecer un incremento de la conducta indeseada antes de que empiece a desaparecer, por ello hay que tener muy claro que hay que aguantar la insistencia del niño.

Ejemplo:

  • Un niño que se pone a gritar para que los padres le hagan caso. 
  • También intentar que el niño se tranquilice cuando ha cogido una rabieta. 
Una de las cosas que suelen hacer mucho los padres es mirar al niño cuando está haciendo algo inadecuado, por lo que con esta técnica lo que se hace es dejar de mirar y prestar atención cuando realice este tipo de conductas.


Moldeamiento:

Es cuando se le refuerzan al niño las aproximaciones de la conducta que le estamos enseñando. Es muy útil cuando la conducta que queremos que realice, no está en su repertorio, es decir, no la sabe hacer.

Se le enseña lo que queremos que haga, y se le va reforzando las aproximaciones sucesivas hasta llegar al final, a medida que va avanzando en los pasos, sólo se le refuerza cuando realice el último paso aprendido.

Si la conducta a realizar es muy difícil para el niño, es mejor dividirla en pasos muy cortos, y que los primeros pasos sean fáciles para que pueda conseguir el reforzador y motivarlo.

Un ejemplo:
  • Un padre que quiere enseñarle a su hijo a doblar la ropa. 
  • Un adolescente que quiere aprender a hacer de comer. 

Desvanecimiento:

Es la técnica que se usa para ir disminuyendo de manera gradual las ayudas que antes se le daban al niño para enseñarle una conducta nueva.

Hay varias formas de ir disminuyendo esas ayudas: como por ejemplo ir demorando cada vez más el tiempo que tardamos en darle la ayuda visual o auditiva.

Se utiliza mucho junto con la técnica de moldeamiento.

Ejemplo:
  • El niño está aprendiendo los colores, al principio le vamos diciendo el nombre del color completo (verde), y una vez los vaya memorizando, sólo le vamos diciendo el inicio de la palabra ( qué color es este? Ver…) 

Encadenamiento:

Se utiliza con conductas que son muy complejas, por lo que se descomponen en otras más sencillas. Lo que se hace es elaborar una cadena de pasos que se van reforzando hasta llegar a la conducta final.

En un principio se van reforzando cada uno de los eslabones de la cadena, y luego se va retirando el reforzamiento de manera gradual, por lo que pasa a ser un reforzamiento intermitente.

Uno de los ejemplos en lo que se usa esta técnica es en el lavado de manos para niños con necesidades especiales.


Modelado:

Esta técnica se basa en que toda conducta se puede aprender por la observación directa de la conducta de los demás, es decir, el niño aprende una conducta observando a un modelo.

Antes de empezar hay que explicarle la conducta que luego va a tener que imitar, se le van dando algunas instrucciones para que lo haga mejor, e incluso el modelo va verbalizando la conducta deseada al mismo tiempo que la va realizando. Luego el niño tiene que hacer lo que ha observado.

Por ejemplo:

  • Un niño se lava los dientes delante de otro para que éste último aprenda. 
  • Un entrenador de fútbol que le enseña a sus jugadores una técnica haciéndolo el primero. 

Saciación:

La saciación es básicamente cansar o aburrir al niño con un reforzador hasta que éste llega a dejar de ser reforzante para él.

Todas las cosas en grandes cantidades producen saciación, porque nos aburrimos de ellas. Esto puede ser una técnica para reducir una conducta, ya que lo que hacemos es dar el reforzador que sostiene una conducta indeseada, de manera que al niño ya no le resulte atractivo dicho reforzador, y deje de realizar la conducta (suele pasar con los reforzadores primarios, es decir, con la comida, aunque al tiempo vuelven a recuperar su valor reforzante)

También se puede ver de otra forma, y es hacer que el niño realice la conducta indeseada tantas veces, que se canse de ella y ya no quiera hacerla más. (esto se suele usar con niños que no dejan de decir palabrotas)

Hay que tener cuidado de que la conducta que vayamos a utilizar con este procedimiento, no sea peligrosa para el niño, como son las conductas autolesivas.


Sobrecorrección:

Es cuando hacemos que el niño realice de manera repetida y prolongada, una serie de conductas adecuadas que están relacionadas con la conducta indeseada. Es decir, que restituya lo que ha perturbado.

Como en todas las técnicas que hemos comentado, la aparición de la sobrecorreción debe ser inmediata a la aparición de la conducta indeseada, y lo importante aquí es no reforzar al niño mientras está realizando la conducta de sobrecorreción que le hemos mandado.

Ejemplo:
  • Un niño que ha manchado los cristales de un coche, le haremos limpiar no solo los cristales, sino el coche entero. 
  • Cuando pegue a un compañero, hacer que le cure las heridas, además de pedirle perdón. 
Se usa mucho en las conductas autolesivas de niños con autismo, por ejemplo.


Costo de respuesta:

Esta técnica lo que hace es retirar inmediatamente un reforzador que previamente ha ganado, cuando el niño realiza una conducta que queremos eliminar de su repertorio.

Se utiliza mucho junto con la técnica de economía de fichas. Si es posible utilizar otras técnicas es más recomendable, debido a su carácter intrusivo.

Es importante saber qué reforzadores se van a utilizar, para luego retirarlos en caso necesario, además de saber cuál es la conducta deseada. Antes de empezar con el coste de respuesta, hay que dejar que el niño haya acumulado previamente los reforzadores y que sepa el coste que tendrá el realizar las conductas indeseadas y el beneficio de realizar las deseadas (por ejemplo: economía de fichas)


Tiempo fuera:

Aquí lo que se hace es eliminar un reforzador inmediatamente cuando emita la conducta indeseada, es decir, se le retira del lugar donde están todos los reforzadores o se retiran los reforzadores del lugar donde está el niño por unos minutos.

Hay que tener claro qué conducta es la indeseada y avisar al niño, si éste sigue emitiendo dicha conducta, se le retira o aleja del reforzador.

Lo importante es que el lugar donde realicemos el tiempo fuera no sea atractivo para el niño, ni tenga posibilidad de escaparse de él.

Uno de los ejemplos clásicos es la silla o el rincón de pensar.


Economía de fichas:

Esta técnica es válida tanto para aumentar conductas, como para reducirlas (junto con coste de respuesta)

De lo que se trata, es que el niño vaya acumulando una serie de fichas o puntos, por realizar conductas deseables, para conseguir un premio muy atractivo para él.

Se divide la conducta en pasos, por lo que se van ofreciendo cada una de las fichas al realizar dichas conductas. El niño tiene que estar enterado del sistema que estamos realizando, y de lo que puede conseguir por la acumulación de los puntos.


Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI

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