La piel de los bebés es muy frágil y delgada, por ello hay que proporcionarle un cuidado especial. Nada más nacer es normal que tenga una especie de descamación o exfoliación, es debido al cambio de estar en el vientre materno a estar en el ambiente externo.
Por ello los especialistas nos dan una serie de consejos para mantener la piel de los peques saludable:
1. La limpieza de los primeros días deber hacerse sólo con agua, sin tallar la piel. Durante las primeras semanas no es necesario que el baño sea diario; puede ser cada tercer día. Éste debe ser cortito, sin friccionar la piel, sólo frotando la mano en su cabello y resto del cuerpo. Se pueden usar sustitutos de jabón, que en realidad son dermolimpiadores suaves especiales para su piel delicada, preferentemente no perfumados, y nunca con detergentes. No es necesario tener un shampoo y un jabón para cada parte del cuerpo, puede usarse el mismo en todas las áreas.
Ahora bien, la permanencia en la bañera no debe ser prolongada, pues la larga exposición al agua genera deshidratación de la piel; tampoco tiene que ser con agua caliente, siempre debe ser tibia. El secado debe hacerse retirando únicamente el excedente de agua, sin tallar la piel. A partir del primer mes se recomienda bañarlo diariamente.
2. Su ropa debe ser cien por ciento algodón. Aunque existen otros materiales que al tacto del adulto son en apariencia suaves, para la delicada piel de nuestro pequeño pueden no ser favorables. El algodón es una fibra muy gentil que debería se parte de todas sus prendas, incluyendo su ropa de cama y cobertores.
3. Un recién nacido está aprendiendo a regular la temperatura, así que no hay que abrigarlo demasiado. Si bien hay que cuidarlo de los cambios de temperatura, no hay que exagerar, pues al estar muy tapado, las glándulas sudoríparas, que apenas están madurando, pueden ocasionar salpullidos en cuello, tronco, pecho y espalda.
4. Hay que ponerle crema, pero sin colorantes ni perfumes; éstas siempre deberán ser especiales para su piel.
5. El lavado de su ropa debe hacerse con sustitutos de detergentes (que son los productos comerciales con etiquetas para bebés y generalmente avalados por las Asociaciones de Pediatría), pues en ellos las sustancias que podrían irritar su piel vienen disminuidas o ausentes. Nunca hay que usar cloro ni aromatizantes, ya que pueden ocasionarles irritaciones (dermatitis).
6. La aplicación del filtro solar, en sus primeros seis meses de vida, sólo debe hacerse cuando haya una exposición intencional. Si se trata de vacaciones en la playa, se recomienda ponerle una pantalla solar cada hora en todo su cuerpo y cabecita, ponerle sombrero y mantenerlo en la sombra. Si es un día de campo o la visita a un balneario en un centro recreativo, cada dos horas. Si la exposición es en la ciudad, cada cuatro horas. La aplicación debe hacerse independientemente si el día está soleado, nublado o llueve con granizo, pues los rayos UV siempre están presentes. A partir de los seis meses debes ponérselo diariamente.
Utiliza un filtro solar especial para bebés y nunca apliques filtros solares para adultos. Un consejo: no es recomendable la exposición de un bebé al sol; se ha visto que esto trae más problemas que beneficios.
7. La zona del pañal es un área muy sensible que se debe cuidar muchísimo. Hay que hacer una revisión rutinaria cada 20 o 30 minutos y no escatimar en el recambio del pañal. Las evacuaciones y micciones hacen que sólidos y líquidos queden sellados en la piel cuando no se remueven y, en cuestión de minutos, podrían aparecer rozaduras y favorecer el crecimiento de microorganismos. Si hay diarrea, la revisión debe ser más frecuente. Ahora bien, al momento de cambiarlo, la limpieza debe ser sólo con agua y algodón y secar muy bien el área, pues la humedad macera la piel. Nunca se debe cubrir si hay humedad de por medio, ya que esto puede ocasionar que aparezcan hongos. En caso de irritaciones, se pueden aplicar pastas como óxido de zinc para proteger la integridad de la piel. No es recomendable el uso de talcos para bebés (polvo) pues se ha demostrado que son un riesgo para la salud; pueden utilizarse en presentación “líquida”.
8. Algunos recién nacidos pueden presentar costra láctea, una escama gruesa y grasosa en piel cabelluda. Esta afectación (dermatitis seborreica) puede ser normal y transitoria, pero si permanece mucho tiempo, y en vez de mejorar empeora, hay que consultar a un dermatólogo pediatra.
9. ¿Y cómo saber si la piel de mi hijo no tiene ningún problema? Cuando la piel de un bebé tiene enrojecimientos y salpullido, o se siente muy seca, algo no estamos haciendo bien. Antes de que la complicación crezca, hay que regresar por el buen camino y seguir estos sencillos pasos.
10. Para finalizar, ten presente que la piel tiene memoria, y de cómo la cuidemos hoy dependerá su salud el día de mañana.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado.
Gabinete Infantil Perenquén.
1. La limpieza de los primeros días deber hacerse sólo con agua, sin tallar la piel. Durante las primeras semanas no es necesario que el baño sea diario; puede ser cada tercer día. Éste debe ser cortito, sin friccionar la piel, sólo frotando la mano en su cabello y resto del cuerpo. Se pueden usar sustitutos de jabón, que en realidad son dermolimpiadores suaves especiales para su piel delicada, preferentemente no perfumados, y nunca con detergentes. No es necesario tener un shampoo y un jabón para cada parte del cuerpo, puede usarse el mismo en todas las áreas.
Ahora bien, la permanencia en la bañera no debe ser prolongada, pues la larga exposición al agua genera deshidratación de la piel; tampoco tiene que ser con agua caliente, siempre debe ser tibia. El secado debe hacerse retirando únicamente el excedente de agua, sin tallar la piel. A partir del primer mes se recomienda bañarlo diariamente.
2. Su ropa debe ser cien por ciento algodón. Aunque existen otros materiales que al tacto del adulto son en apariencia suaves, para la delicada piel de nuestro pequeño pueden no ser favorables. El algodón es una fibra muy gentil que debería se parte de todas sus prendas, incluyendo su ropa de cama y cobertores.
3. Un recién nacido está aprendiendo a regular la temperatura, así que no hay que abrigarlo demasiado. Si bien hay que cuidarlo de los cambios de temperatura, no hay que exagerar, pues al estar muy tapado, las glándulas sudoríparas, que apenas están madurando, pueden ocasionar salpullidos en cuello, tronco, pecho y espalda.
4. Hay que ponerle crema, pero sin colorantes ni perfumes; éstas siempre deberán ser especiales para su piel.
5. El lavado de su ropa debe hacerse con sustitutos de detergentes (que son los productos comerciales con etiquetas para bebés y generalmente avalados por las Asociaciones de Pediatría), pues en ellos las sustancias que podrían irritar su piel vienen disminuidas o ausentes. Nunca hay que usar cloro ni aromatizantes, ya que pueden ocasionarles irritaciones (dermatitis).
6. La aplicación del filtro solar, en sus primeros seis meses de vida, sólo debe hacerse cuando haya una exposición intencional. Si se trata de vacaciones en la playa, se recomienda ponerle una pantalla solar cada hora en todo su cuerpo y cabecita, ponerle sombrero y mantenerlo en la sombra. Si es un día de campo o la visita a un balneario en un centro recreativo, cada dos horas. Si la exposición es en la ciudad, cada cuatro horas. La aplicación debe hacerse independientemente si el día está soleado, nublado o llueve con granizo, pues los rayos UV siempre están presentes. A partir de los seis meses debes ponérselo diariamente.
Utiliza un filtro solar especial para bebés y nunca apliques filtros solares para adultos. Un consejo: no es recomendable la exposición de un bebé al sol; se ha visto que esto trae más problemas que beneficios.
7. La zona del pañal es un área muy sensible que se debe cuidar muchísimo. Hay que hacer una revisión rutinaria cada 20 o 30 minutos y no escatimar en el recambio del pañal. Las evacuaciones y micciones hacen que sólidos y líquidos queden sellados en la piel cuando no se remueven y, en cuestión de minutos, podrían aparecer rozaduras y favorecer el crecimiento de microorganismos. Si hay diarrea, la revisión debe ser más frecuente. Ahora bien, al momento de cambiarlo, la limpieza debe ser sólo con agua y algodón y secar muy bien el área, pues la humedad macera la piel. Nunca se debe cubrir si hay humedad de por medio, ya que esto puede ocasionar que aparezcan hongos. En caso de irritaciones, se pueden aplicar pastas como óxido de zinc para proteger la integridad de la piel. No es recomendable el uso de talcos para bebés (polvo) pues se ha demostrado que son un riesgo para la salud; pueden utilizarse en presentación “líquida”.
8. Algunos recién nacidos pueden presentar costra láctea, una escama gruesa y grasosa en piel cabelluda. Esta afectación (dermatitis seborreica) puede ser normal y transitoria, pero si permanece mucho tiempo, y en vez de mejorar empeora, hay que consultar a un dermatólogo pediatra.
9. ¿Y cómo saber si la piel de mi hijo no tiene ningún problema? Cuando la piel de un bebé tiene enrojecimientos y salpullido, o se siente muy seca, algo no estamos haciendo bien. Antes de que la complicación crezca, hay que regresar por el buen camino y seguir estos sencillos pasos.
10. Para finalizar, ten presente que la piel tiene memoria, y de cómo la cuidemos hoy dependerá su salud el día de mañana.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado.
Gabinete Infantil Perenquén.
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http://www.todobebe.com/10-consejos-para-cuidar-la-piel-del-bebe/
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