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jueves, 20 de noviembre de 2014

El estrés: síntomas, tipos y diagnóstico.

¿Qués es el estrés?

Es un proceso natural del cuerpo humano, que genera una respuesta automática ante condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes, que requieren una movilización de recursos físicos, mentales y conductuales para hacerles frente, y que a veces perturban el equilibrio emocional de la persona. 

El entorno, que siempre está en continuo cambio, obliga a las personas a adaptarse, por lo que cierta cantidad de estrés es necesaria para que el organismo responda adecuadamente a los retos y los cambios de la vida diaria, siendo lo que se conoce como Estrés Positivo. Lo que sucede es que, lo que en un primer momento es una respuesta de estrés necesaria y adaptativa, cuando se prolonga o intensifica en el tiempo, la salud, el desempeño académico o profesional e, incluso, las relaciones personales o de pareja del individuo se pueden ver afectadas.

Síntomas del estrés:

Los síntomas de estrés más frecuentes son:
  • Emociones: depresión o ansiedad, irritabilidad, miedo, nerviosismo, confusión, fluctuaciones del estado de ánimo, etcétera.
  • Pensamientos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, olvidos, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, pensamientos repetitivos, etc.
  • Conductas: risa nerviosa, trato brusco hacia los demás, incremento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, aumento o disminución del apetito, llantos, rechinar los dientes o apretar las mandíbulas, etc.
  • Cambios físicos: tensión muscular, manos frías o sudorosas, insomnio, dolores de cabeza, fatiga, problemas de espalda o cuello, indigestión, respiración agitada, perturbaciones en el sueño, sarpullidos, disfunción sexual, etcétera.

Causas de estrés.

Cualquier suceso puede dar lugar a una respuesta emocional y generar estrés, no  tienen porqué tratarse necesariamente de eventos muy intensos, es suficiente con que se acumulen durante largos períodos de tiempo. Por otra parte, la manera en que la persona los interpreta o se enfrenta a ellos le afecta negativamente, es decir, lo que provocan estrés en una persona pueden resultar insignificantes para otra. Cualquier tipo de cambio puede generar tensión, pero lo realmente significativo es la manera de afrontar ese cambio, y cada persona tiene una tolerancia diferente a los problemas y un umbral del estrés distinto.


Factores de riesgo:

Factores físicos estresantes:
  • Exposición a productos químicos.
  • Ruido.
  • Sobreesfuerzo.
  • Malas posturas.
  • Temperaturas extremas.
  • Hacinamiento.
  • Hambre.
  • Falta de sueño.

Factores emocionales y mentales
  • Mudanzas y obras en casa.
  • Exámenes.
  • Problemas de pareja.
  • Desempleo.
  • Muerte o enfermedad grave de un ser querido.
  • Retos en el trabajo.
  • Discusiones laborales o familiares.
  • Competitividad.
  • Atascos de tráfico.
  • Falta de tiempo para realizar tareas y para dedicar al ocio.

Diagnóstico de los niveles de estrés:

Existen unos parámetros que determinan el nivel de estrés en el que se encuentra una persona:
  • Nivel cognitivo: se presenta inseguridad y problemas para concentrarse, no se encuentra solución a los problemas por pequeños que sean, y se tiene la sensación de haber perdido la memoria.
  • Nivel fisiológico: el estrés se puede presentar mediante síntomas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular, alteraciones del sueño, fatiga, enfermedades de la piel. El individuo se siente mal, acude al médico, pero sus resultados son normales.
  • Nivel motor: se tiende a realizar acciones no habituales como llorar, comer compulsivamente, fumar más de lo normal, aparecen tics nerviosos, etc. En definitiva, la persona siente deseos de huir para evitar la situación de estrés.

Tipos de estrés:

Estrés agudo: forma de estrés más común que surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. Es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador. Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños importantes asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes son:
  • Agonía emocional: combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés.
  • Problemas musculares: dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos.
  • Problemas estomacales e intestinales: como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable.
  • Sobreexcitación pasajera: elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.

Estrés agudo episódico
: cuando se tiene estrés agudo con frecuencia, en las vidas que son tan desordenadas que son estudios de caos y crisis. Es común que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado agitadas, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas. Otra forma de estrés agudo episódico surge de la preocupación incesante, los que ven todo mal también tienden a agitarse demasiado y a estar tensos, pero están más ansiosos y deprimidos que enojados y hostiles. Los síntomas del estrés agudo episódico son los síntomas de una sobre agitación prolongada: 
  • Dolores de cabeza tensos y persistentes, migrañas.
  • Hipertensión.
  • Dolor en el pecho y enfermedad cardíaca. 

Estrés crónico
: es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año, que destruye al cuerpo, la mente y la vida, es decir, hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. El estrés crónico surge cuando una persona nunca ve una salida a una situación deprimente. Es el estrés de las exigencias y presiones implacables durante períodos aparentemente interminables. Sin esperanzas, la persona abandona la búsqueda de soluciones. El peor aspecto del estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se olvidan que está allí, por lo que las personas toman conciencia de inmediato del estrés agudo porque es nuevo, pero ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a veces hasta casi resulta cómodo. Por otro lado, mata a través del suicidio, la violencia, el ataque al corazón, la apoplejía e incluso el cáncer. Las personas se desgastan hasta llegar a una crisis nerviosa final y fatal.

¿Tienes estrés?

Te proponemos realizar el siguiente test: http://www.psicoter.es/tests/test-de-estres


Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/emociones-y-autoayuda/sintomas-y-diagnostico-del-estres-3652
http://www.apa.org/centrodeapoyo/tipos.aspx

¿Influyen los videojuegos en los niños?

Ahora que estamos entrando en épocas de Navidades, el tema de los videojuegos en los niños es algo a tener en cuenta, ya que la gran mayoría de los pequeños demandan alguna “maquinita”. Pero ¿es bueno regalarle videojuegos a los niños? ¿es verdad que influyen en su carácter? ¿cuántas horas como máximo podrían jugar? Son algunas preguntas que los padres se pueden llegar a hacer. Para ello vamos a poner sobre la mesa tanto los beneficios como las desventajas de los videojuegos, pero debemos tener muy claro que somos los padres los que debemos ejercer el control.

Varios estudios han demostrado que los rasgos de personalidad en los niños es lo que determina quién va a ser más vulnerable a los contenidos de los videojuegos, llegando a influenciar por tanto su conducta. Concluyen que los niños que se molestan fácilmente, los niños que son tristes, deprimidos, indiferentes a los sentimientos de los demás, que rompen las normas o nunca cumplen las promesas, etc. tienen muchas más posibilidades de ser agresivos tras estar en contacto con los videojuegos. Es más, muchos jugadores han afirmado que tras jugar a un videojuego agresivo durante más de 10 minutos, se sentían más violentos y practicaban esos juegos en la vida real con sus amigos.

Por ellos se dice que es muy peligroso en niños con mentes inmaduras y que aún no están del todo desarrolladas, ya que les cuesta diferenciar la ficción de la vida real, por ello se recomienda seguir las indicaciones del juego con respecto a la edad mínima aconsejada, aunque muchas veces no sea acertada.

Un dato muy alarmante es que en los años 90 los niños jugaban una media de 5 horas a la semana, ahora la media está en torno a las 15 horas.

En definitiva, se recomienda un máximo de 2 horas al día y que los niños tengan una edad mínima de 10 años para los videojuegos más agresivos.
 
La adicción en los videojuegos:

La adicción llega cuando los niños necesitan de los videojuegos para conseguir un bienestar y una satisfacción, ocupando demasiado tiempo en la vida del pequeño, es decir, cuando se crea una dependencia tanto mental como física, que incluso no se deja de practicar aunque conlleven consecuencias negativas.
 
Para saber si nuestro hijo es adicto a los videojuegos tenemos:
  • El niño está absorto al jugar y no atiende cuando se le llama.
  • Siente demasiada tensión al jugar, incluso aprieta las mandíbulas.
  • No aparta la vista de la pantalla.
  • No tiene interés en otras actividades que antes realizaba.
  • Sufre de trastornos del sueño (insomnio, etc).
  • Se produce un distanciamiento con la familia y amigos.
  • Aparecen problemas con los estudios que antes no había.
  • No respeta los horarios que se la han marcado para jugar.
Desventajas de los videojuegos:
  • La sobreestimulación, un exceso de exposición a los videojuegos puede suponer un bombardeo excesivo para el sistema nervioso, provocando nerviosismo e irritabilidad.
  • El aislamiento, los videojuegos con su constante interacción con el usuario pueden provocar que este se aisle de aquello que sucede a su alrededor y tiende a encerrarse en sí mismo, ya que le puede parecer que la interacción con el otro no sea tan gratificante, sobre todo de forma inmediata.
  • Aparición de la agresividad.
 Las posibles causas de las adicciones son:
  • El niño tiene una personalidad dependiente: tienden más a la adicción.
  • Problemas familiares (falta de comunicación, incomprensión, separaciones dramáticas, poca dedicación de los padres hacia el niño, etc.)
  • Problemas escolares o sociales (poca integración en un grupo de amigos, soledad, desmotivación, etc.).
Conviene tener en cuenta que los videojuegos en sí mismo no suponen un peligro, lo que hay que vigilar es el uso y el control sobre ellos, es decir, la adicción nos viene por el descontrol y abuso que se da. A parte del contenido de los videojuegos, ya que en muchas ocasiones son juegos agresivos y violentos, que también pueden llegar a influir en su conducta.
 
Beneficios de los videojuegos:

Siempre se ha pensado en la parte negativa de la videojuegos (adicción, depresión, impulsividad, agresividad, etc.) pero numerosos estudios cada vez encuentran más efecto beneficiosos.
Entre esos efectos positivos tenemos (siempre dependiendo del tipo de juego):
  • La promoción de la conducta alimentaria.
  • La promoción de salud en enfermedades terminales, prevenir ataques de asma, aliviar la gestión del dolor, útil en diabetes.
  • Aprender normas sociales.
  • Estimular la creatividad.
  • La resolución de problemas personales a través de juegos de rol.
  • Fomentar la toma de decisiones y la cooperación en juegos multijugador o en redes sociales.
  • Mejorar la atención, la memoria, fomentan las funciones ejecutivas, aumentar capacidades de aprendizaje, habilidades sociales.
  • Aprendizaje de otros idiomas.
  • Fomentar las capacidades visoespaciales, razonamiento.
  • Promover la relajación y evitar la ansiedad.
  • Afrontar errores.
  • Sentimiento de control
  • Mejora la autoestima.
  • Ofrece reconocimiento social.
 Por otra parte, también tiene múltiples aportaciones en la Educación Especial, con aplicaciones muy útiles para niños con TDAH, dislexia, TEA, etc.

En este sentido aparece el papel del ciberpsicólogo, que es el psicólogo especializado en el estudio del comportamiento humano dentro del ciberespacio. Gracias a ellos se ha visto cómo los videojuegos podían ayudar en el tratamiento de ciertas enfermedades mentales, y apareció la Teoría de la Autodeterminación, que sugiere que la competencia, la autonomía y la relación psicológica son las tres necesidades que estimulan una buena salud mental y el bienestar de una persona.
Algunos ejemplos son:
  • Competencia: juegos con niveles adecuados de creciente dificultad, sin apuntar a la frustración. Los juegos que posibilitan el avance paulatino y las recompensas por la superación de desafíos estimulan a las personas, quienes luego de una sesión pueden estar más felices consigo mismas.
  • Autonomía: ofrecen libre albedrío que genera una responsabilidad y una particular atención en la toma de decisiones.
  • Relación psicológica: Los juegos que tienden a generar apego permiten establecer un lazo psicológico entre el jugador y aquello que le agrada. También por la posibilidad que ofrece el producto de permitir ser un “yo ideal”; especialmente, cuando hay una gran brecha entre este deseo y la imagen que se tiene de sí mismo.
 Recomendaciones para padres:
  • Realizar junto a su hijo un horario de actividades a realizar que se equilibrado (estudiar, jugar, etc.)
  • Limitar el uso de los videojuegos y terminar con ello tras el tiempo, no dejar que sea el niño el que vigile el reloj, somos nosotros los que debemos ejercer el control.
  • Proponerle al niño otras actividades que sean interesantes.
  • Utilizar los videojuegos como un premio tras haber realizado una actividad que no le gusta o que debe realizar (tareas, recoger la habitación, etc.).
  • Jugar con ellos a los videojuegos, no dejar que lo hagan solos en su habitación.
Por supuesto, si su hijo está totalmente enganchado y no consigue solucionarlo con estos consejos, no dude en acudir a un especialista.
 
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete psicología infantil Perenquén.
 
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