Datos del Gabinete

miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Tiene unos pies sanos?

Los pies de los niños son flexibles porque sus articulaciones y ligamentos aún no están formados, por eso es importante fijarse en si tienen un buen desarrollo, ya que es el mejor momento para corregirlo. Existen algunas anomalías que son habituales en los peques, pero hay otras que necesitan de un traumatólogo, sobre todo cuando hay antecedentes en la familia.

Problemas de nacimiento:
  • Pie plano: Es el defecto más frecuente. En el recién nacido y hasta los 3 años es normal, ya que los niños no tienen arcos de los pies, es lo que se denomina pie plano flexible infantil. En caso de que persista, no es muy grave, simplemente causa cansancio al caminar o dolor en la planta del pie. El tratamiento es bastante controvertido porque para algunos especialistas, el uso de plantillas y zapatos ortopédicos ayuda a aliviar las molestias en el caso de que no se corrija, pero lo cierto es que no se ha demostrado que sean del todo efectivos. Al final lo que se recomienda es hacer ejercicios específicos con el pie, siguiendo las indicaciones del especialista. Hay que procurar que el niño camine por terrenos irregulares y blandos, ideales para el fortalecimiento de la musculatura de la planta del pie. Por otra parte, existe otro tipo de pie plano congénito, denominado rígido, pero en este caso se detecta desde el nacimiento ya que tiene unas características muy marcadas, como que el pie no tiene mucha movilidad. En este caso se debe corregir con yesos, férulas y a veces hasta con cirugía.
  • Pie zambo: El pie está curvado hacia dentro y hacia abajo y permanece rígido, es lo que se denomina también pie equino-varo. Es más frecuente en niños que en niñas y puede afectar a uno o a los dos pies .El tratamiento suele ser la cirugía, pero ahora también se utiliza el método Ponseti, que es un tratamiento no agresivo basado en manipulaciones, yesos y férulas ortopédicas. La ventaja que tiene es que evita la cirugía casi siempre y permite corregir la posición inicial de los pies en unos dos meses. Después, el pequeño deberá llevar botas ortopédicas.
  • Pie aducto: La mitad anterior del pie apunta hacia dentro. Es una malformación de origen congénito o por una mala posición en el útero que, si es leve, puede no detectarse hasta que empieza a andar. Normalmente se endereza solo. El tratamiento depende del grado del problema e irá desde el control de la postura al uso de calzado especial, correctores nocturnos o cirugía.
  • Pie talo: Se produce cuando la punta del pie apunta hacia arriba. En los casos en los que responde a un defecto postural en el útero, suele desaparecer sin tratamiento o con ayuda de masajes específicos, pero si se debe a una deformidad estructural, el pie suele estar más rígido y ha de enderezarse con férulas de yeso o prótesis.

Problemas al andar:
  • Pie cavo: Es el aumento del arco plantar. No tiene repercusiones graves, pero puede llegar a ser muy molesto y producir dolor en las zonas de apoyo. Una buena manera de detectarlo es observar si el niño desgasta con demasiada rapidez sus zapatitos por los lados. En estos casos, lo mejor es llevarle al traumatólogo y vigilar el estado del calzado de nuestro hijo, que debe ser sin cordones. Es probable que los zapatos le causen dolor en los empeines. Si la malformación es muy acusada se puede operar antes de los 11 años, edad en la que el pie comienza a adquirir la consistencia del de un adulto.
  • Pie varo: El niño pisa apoyándose en la parte externa del pie, por lo que el talón queda hacia dentro y el tobillo hacia fuera. Generalmente aparece asociado al pie cavo. Su origen puede deberse a una mala postura en el útero o a alguna enfermedad neurológica hereditaria. Exige tratamiento ortopédico, pero la corrección es más lenta y requiere un seguimiento más exhaustivo a base de controles hasta que el niño cumple los 8 ó 9 años.
  • Pie equino: Prácticamente solo se apoya en las puntas de los pies y no llega a asentar el talón en el suelo, es un problema poco habitual. No debemos confundirlo con la tendencia transitoria de algunos niños de andar de puntillas. Si el niño puede flexionar los pies hacia la planta y el dorso y tiene movilidad completa, no hay razones para preocuparse. Los niños con pie equino se caen mucho y suelen desgastar las punteras de los zapatos.En estos casos se trata con ortopedia, yesos correctores y, si hiciera falta, con cirugía.
  • Pie valgo:El pequeño apoya los pies sobre los laterales internos y el talón queda hacia fuera y el tobillo hacia dentro, se asocia al pie plano. No necesita tratamiento, ya que este defecto suele desaparecer hacia los 3 años. Casi todos los niños tienen los pies un poco valgos cuando dan sus primeros pasos (por cómo colocan las piernas), pero con el tiempo la postura se corrige.

Además tenemos:
  • La rodilla vara: cuando el bebé tiene las piernas arqueadas al estar de pie manteniendo los tobillos juntos y las rodillas separadas. Es frecuente por motivos de robustez del niño, su peso le puede provocar el arqueamiento de las piernas y caminar con la punta de los pies hacia adentro. Se presenta más en niños que en niñas y suele desaparecer de manera espontánea cuando cumple los 2 o 3 añitos.
  • La rodilla valga: las piernas las arquea formando una X, o sea, las rodillas se tocan y los tobillos se separan. El niño no puede juntar los pies, este defecto suele aparecer cuando tiene 3 o 4 añitos y tiene que ver con un trastorno fisiológico en sus piernas, aunque no existen tratamientos, un control por parte del ortopeda es lo más indicado, él seguirá su evolución para determinar si el problema es por el desarrollo normal o si es un problema de otro tipo al que haya que poner solución.

Los zapatos:

Los mejores zapatos para los niños son los de su talla, flexibles y ligeros, transpirables, con forma cuadrangular y parecida a la del pie, con refuerzo laterales y posteriores mejor todavía. Pero además siempre que se pueda, es conveniente que el niño camine descalzo por superficies regulares, no muy duras ni frías.

Podología preventiva:

A muchos niños no les gusta nada tener zapatos ni calcetines puestos, se lo quitan a cada momento. Y no es muy raro que lo hagan, ya que estar descalzos en realidad es la mejor forma de conocer el mundo que nos rodea. Un nuevo estudio nos dice que el calzar a los bebés y niños pequeños puede afectar negativamente a su desarrollo y además que los niños descalzos desarrollan mejor su inteligencia

El estudio realizado por una experta de la Universidad Complutense de Madrid llamado Podología preventiva, llegó a la conclusión de que el movimiento físico y el estimulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es factor de aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño.


Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI

Enlaces consultados:
http://www.crecebebe.com/2014/08/08/los-bebes-descalzos-mas-maduros-e-inteligentes/
http://www.bebesymas.com/salud-infantil/anomalias-congenitas-en-las-piernas-y-los-pies
http://www.serpadres.es/salud/salud/ninos-problemas-pies-aprender-andar.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario