La hiperhidrosis se define como un exceso de sudoración. El sudor tiene en otras funciones el actuar como regulador de la temperatura corporal, entre otras cosas, pero a veces el cuerpo puede generar más sudor del que es necesario. Este es un trastorno que afecta por igual en todas las edades y puede estar localizada en una zona concreta del cuerpo o por el contrario, ser generalizada.
Entre las causas de la hiperhidrosis tenemos:
- Una infección.
- Un trastorno crónico.
- Una ruptura del equilibrio natural de las hormonas.
- Un trastorno del sistema nervioso simpático, es decir, el que controla las glándulas (en caso que la hiperhidrosis esté muy localizada).
- Causas genéticas.
El tratamiento:
Existen diferentes fórmulas que les indicará un especialista, pero lo más importante es apoyar al niño y ser sinceros, explicarles el problema y darles a entender que se va a solucionar, ya que resultará una situación embarazosa.
- Tratamientos tópicos: se aplican directamente sobre la piel, como por ejemplo los aerosoles antitranspirantes. Ayudan a reducir la producción de sudor. Normalmente los que se venden en el mercado como tales no sirven, pues las personas con hiperhidrosis necesitan un producto más específico.
- Fármacos: existen algunos medicamentos orales que reducen un poco la sudoración. No obstante, hay que estar atento a ciertos efectos secundarios que pueden causar a veces, como por ejemplo boca seca, taquicardias, retortijones o visión borrosa.
- Inyecciones: en algunos casos, los médicos prescriben una inyección de toxina botulínica (más conocida como botox) si la hiperhidrosis es muy severa. No tienen efectos secundarios más allá de los propios de cualquier inyección. Siempre las debe administrar personal médico.
La bromhidrosis es un trastorno que provoca que el olor corporal sea más fuerte de lo normal. A veces puede ser simplemente una consecuencia de la hiperhidrosis, pero otras, indica una alteración de otro tipo, como una acumulación anormal de bacterias en los poros. Es bastante típica en adolescentes y preadolescentes, pues están en una edad en que las glándulas comienzan a incrementar fuertemente sus secreciones.
Generalmente, con un diagnóstico adecuado, pero puede llegar a controlarse con cierta facilidad. En otros casos se hace difícil para el paciente. En el momento en que veas que este problema afecta a la calidad de vida de tu hijo, considera la posibilidad de que reciba tratamiento médico.
El tipo más frecuente de bromhidrosis es la apocrina, un nombre que hace referencia a cierto tipo de glándulas. La descomposición bacteriana de sus secreciones genera unos ácidos volátiles que pueden provocar un olor desagradable.
De forma menos habitual, la bromhidrosis también puede ser señal de algún otro trastorno, como un cuerpo extraño en algún poro corporal, un desorden metabólico, higiene inadecuada, efecto secundario de una medicación o incluso un exceso de toxinas en la sangre.
Tratamientos:
Los tratamiento indicados son los mismos que para la hiperhidrosis pero añadiendo además algunas medidas higiénicas adicionales.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI
Enlaces consultados:
http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/hiperhidrosis-bromhidrosis-cuando-nino-suda-mucho-sudor-huele-mal
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