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lunes, 19 de enero de 2015

Estrés Infantil

El estrés infantil se trata de un conjunto de reacciones tanto biológicas como psicológicas, que se aparecen por algunas situaciones que los pequeños no pueden controlar, lo que produce una alteración en su equilibrio general.

Este estrés infantil aparece en fechas de la vida de los niños con cambios y adaptaciones, donde es necesario que se enfrenten a situaciones novedosas para ellos, y en momentos de transición entre etapas evolutivas, todo ello produce gran tensión y ansiedad, llegando a veces a comportarse de maneras distintas a las habituales.

Los factores por los que dependen las reacciones ante el estrés en los peques son:
  • Los estímulos que están estresando al niño.
  • La percepción que tiene el niño ante los estímulos que le causan estrés, ya que puede que no se sienta con la capacidad de afrontarlos o controlarlos.
  • El comportamiento del niño ante las situaciones estresantes.
  • El impacto que tiene sobre su desempeño escolar, relaciones sociales, familiares, salud física y emocional.

Por otro lado, algunas situaciones que producen estrés en los pequeños son:
  • Dentro del ámbito familiar: Divorcio o separación de los padres, duelo de uno o ambos padres, maltrato físico por parte de los padres, abusos sexuales en el hogar, el nacimiento de un nuevo integrante en la familia, etc.
  • Dentro del ámbito escolar: El cambio a nivel escolar afecta su rendimiento académico, un examen en el colegio, hablar en público u olvidar hacer una tarea o trabajo, ser molestado por niños mayores, terminar sus trabajos más tarde que los demás, ser ridiculizado en clase, cambiarse de salón o escuela, llegar tarde al colegio.
  • Dentro del ambiente social: El ritmo de vida tan acelerado y cambiante que llevamos, Ir al dentista o al hospital, romper o perder cosas, ser diferente, etc.

Ante todas estas situaciones, cada niño reacciona de manera distinta ante el estrés que les produce, por lo que también los síntomas que presentan igualmente son distintos en cada uno:

Factores emocionales y de conducta:
  • Sensibilidad.
  • Están temerosos.
  • Tienen poca confianza en sí mismos.
  • Están preocupados innecesariamente.
  • Tristeza.
  • Ansiedad.
  • Indiferencia.
  • Tienden a postergar sus deberes.
  • Despistados.
  • Presentan bajo rendimiento escolar.
  • Son exigentes y desafiantes.
  • Su temperamento se exalta, molestan a otros niños.
Síntomas físicos:
  • Lloran sin causa alguna.
  • Sudor en las palmas de las manos.
  • Dolores de cabeza y de estómago.
  • Se tuercen o arrancan los cabellos, se muerden las uñas.
  • Pueden llegar a orinarse.
  • Perturbación del sueño, tienen pesadillas.
Síntomas físicos en el niño ante estrés excesivo:
  • Dolor de cabeza.
  • Molestia estomacal.
  • Problemas para dormir.
  • Pesadillas.
  • Mojar la cama, por primera vez o de manera recurrente.
  • Disminución del apetito.
  • Cambios en los hábitos alimentarios.
Síntomas emocionales en el niño con estrés excesivo:
  • Ansiedad.
  • Se siente preocupado.
  • Irritabilidad.
  • Miedos que pueden ser nuevos o recurrentes.
  • No quiere estar solo, se aferra a sus padres.
  • Comportamiento agresivo.
  • Se muestra necio.
  • Puede presentar regresiones, es decir comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo.

Presentamos algunas sugerencias para combatir y ayudar a los niños en estas situaciones:
  • Hacerle sentir y demostrarles que está seguro en casa, no tiene de qué preocuparse.
  • Ser tolerantes con ellos y enseñarles que también lo deben ser ante las personas y situaciones que les causen frustración.
  • Elegir el colegio más adecuado para la personalidad del niño.
  • Intentar que el niño sea más abierto y comunicativo, para que pueda expresarse libremente y pueda comunicar sus sentimientos, preocupaciones y miedos.
  • Es muy importante enseñarles a ser asertivos, es decir saber decir No ante determinadas situaciones y por supuesto a que confíe en los demás (maestros, familiares) para pedir ayuda.
  • Ser cercanos con ellos, que nos sientan siempre cerca y que sepan que pueden hablar con nosotros sin problemas.
  • Escucharlos sin criticar.
  • Ayudarles a que aumenten su autoestima, demostrándoles nuestro amor incondicional, involucrarlo en actividades y tareas que les haga sentir bien.
  • Estar pendiente de los signos que nos hagan pensar que esté estresado por algún motivo.
  • Estar al pendiente de que realicen sus labores pero también de que tengan momentos de descanso y relajación, de igual manera vigilar su alimentación para que sea saludable.
  • Si aún así los signos de estrés no disminuyen ni desaparecen en un período prolongado de tiempo (entre 3 y 6 meses), entonces no debemos esperar al "Luego se le pasará", lo mejor es buscar asesoramiento profesional.

Además el niño por sí mismo puede controlar su estrés siguiendo estos consejos:
  • Hablar con sus padres o con alguien de confianza de sus problemas.
  • Relajándose: Puede conseguirlo al escuchar música suave, dándose un baño con agua caliente, cerrando los ojos y respirando profunda y lentamente o incluso practicando yoga para niños.
  • Tomarse un tiempo para estar solo o dedicar unos minutos para a disfrutar de su actividad favorita: leer, pintar, tocar algún instrumento, bailar, etc.
  • Haciendo deporte.
  • Muy importante, fijándose metas realistas y llevar a cabo sus actividades lo mejor que pueda, recordando siempre que nadie es perfecto y que no es posible hacerlo todo bien.
  • Aprendiendo a quererse y a respetarse.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Enlaces consultados:
http://www.peques.com.mx/estres_infantil.htm

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