Este estrés infantil aparece en fechas de la vida de los niños con cambios y adaptaciones, donde es necesario que se enfrenten a situaciones novedosas para ellos, y en momentos de transición entre etapas evolutivas, todo ello produce gran tensión y ansiedad, llegando a veces a comportarse de maneras distintas a las habituales.
Los factores por los que dependen las reacciones ante el estrés en los peques son:
Por otro lado, algunas situaciones que producen estrés en los pequeños son:
Ante todas estas situaciones, cada niño reacciona de manera distinta ante el estrés que les produce, por lo que también los síntomas que presentan igualmente son distintos en cada uno:
Factores emocionales y de conducta:
Presentamos algunas sugerencias para combatir y ayudar a los niños en estas situaciones:
Además el niño por sí mismo puede controlar su estrés siguiendo estos consejos:
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén
Enlaces consultados:
http://www.peques.com.mx/estres_infantil.htm
- Los estímulos que están estresando al niño.
- La percepción que tiene el niño ante los estímulos que le causan estrés, ya que puede que no se sienta con la capacidad de afrontarlos o controlarlos.
- El comportamiento del niño ante las situaciones estresantes.
- El impacto que tiene sobre su desempeño escolar, relaciones sociales, familiares, salud física y emocional.
- Dentro del ámbito familiar: Divorcio o separación de los padres, duelo de uno o ambos padres, maltrato físico por parte de los padres, abusos sexuales en el hogar, el nacimiento de un nuevo integrante en la familia, etc.
- Dentro del ámbito escolar: El cambio a nivel escolar afecta su rendimiento académico, un examen en el colegio, hablar en público u olvidar hacer una tarea o trabajo, ser molestado por niños mayores, terminar sus trabajos más tarde que los demás, ser ridiculizado en clase, cambiarse de salón o escuela, llegar tarde al colegio.
- Dentro del ambiente social: El ritmo de vida tan acelerado y cambiante que llevamos, Ir al dentista o al hospital, romper o perder cosas, ser diferente, etc.
Factores emocionales y de conducta:
- Sensibilidad.
- Están temerosos.
- Tienen poca confianza en sí mismos.
- Están preocupados innecesariamente.
- Tristeza.
- Ansiedad.
- Indiferencia.
- Tienden a postergar sus deberes.
- Despistados.
- Presentan bajo rendimiento escolar.
- Son exigentes y desafiantes.
- Su temperamento se exalta, molestan a otros niños.
- Lloran sin causa alguna.
- Sudor en las palmas de las manos.
- Dolores de cabeza y de estómago.
- Se tuercen o arrancan los cabellos, se muerden las uñas.
- Pueden llegar a orinarse.
- Perturbación del sueño, tienen pesadillas.
- Dolor de cabeza.
- Molestia estomacal.
- Problemas para dormir.
- Pesadillas.
- Mojar la cama, por primera vez o de manera recurrente.
- Disminución del apetito.
- Cambios en los hábitos alimentarios.
- Ansiedad.
- Se siente preocupado.
- Irritabilidad.
- Miedos que pueden ser nuevos o recurrentes.
- No quiere estar solo, se aferra a sus padres.
- Comportamiento agresivo.
- Se muestra necio.
- Puede presentar regresiones, es decir comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo.
- Hacerle sentir y demostrarles que está seguro en casa, no tiene de qué preocuparse.
- Ser tolerantes con ellos y enseñarles que también lo deben ser ante las personas y situaciones que les causen frustración.
- Elegir el colegio más adecuado para la personalidad del niño.
- Intentar que el niño sea más abierto y comunicativo, para que pueda expresarse libremente y pueda comunicar sus sentimientos, preocupaciones y miedos.
- Es muy importante enseñarles a ser asertivos, es decir saber decir No ante determinadas situaciones y por supuesto a que confíe en los demás (maestros, familiares) para pedir ayuda.
- Ser cercanos con ellos, que nos sientan siempre cerca y que sepan que pueden hablar con nosotros sin problemas.
- Escucharlos sin criticar.
- Ayudarles a que aumenten su autoestima, demostrándoles nuestro amor incondicional, involucrarlo en actividades y tareas que les haga sentir bien.
- Estar pendiente de los signos que nos hagan pensar que esté estresado por algún motivo.
- Estar al pendiente de que realicen sus labores pero también de que tengan momentos de descanso y relajación, de igual manera vigilar su alimentación para que sea saludable.
- Si aún así los signos de estrés no disminuyen ni desaparecen en un período prolongado de tiempo (entre 3 y 6 meses), entonces no debemos esperar al "Luego se le pasará", lo mejor es buscar asesoramiento profesional.
- Hablar con sus padres o con alguien de confianza de sus problemas.
- Relajándose: Puede conseguirlo al escuchar música suave, dándose un baño con agua caliente, cerrando los ojos y respirando profunda y lentamente o incluso practicando yoga para niños.
- Tomarse un tiempo para estar solo o dedicar unos minutos para a disfrutar de su actividad favorita: leer, pintar, tocar algún instrumento, bailar, etc.
- Haciendo deporte.
- Muy importante, fijándose metas realistas y llevar a cabo sus actividades lo mejor que pueda, recordando siempre que nadie es perfecto y que no es posible hacerlo todo bien.
- Aprendiendo a quererse y a respetarse.
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén
Enlaces consultados:
http://www.peques.com.mx/estres_infantil.htm
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