Además, muchos padres ven que acudir al psicólogo con su pequeño es signo de alguna enfermedad mental, y no es así. En la mayoría de las ocasiones, lo que simplemente se necesita son unas orientaciones y entrenamientos para mejorar la calidad de vida tanto del niño, como del resto de la familia.
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Lo importante es observar las 3 variables: frecuencia, duración e intensidad de las conductas del niño, es decir, cuando la conducta que presenta su hijo haya aumentando en el número de veces, haya aumentado en la cantidad de tiempo que le dedica cada vez y haya aumentado el malestar que le genera dicha conducta.
De todas formas, se exponen unas pautas para que los padres sepan cuando su hij@ necesita ayuda profesional: Siempre que se observen cambios importantes en la conducta del niño, ya sea por defecto o por exceso, debemos estar alerta:
- Cambios en los patrones de alimentación (come más o come menos que antes o lo hace de forma distinta).
- Cambios en los patrones de sueño (presencia de alteraciones como insomnio, pesadillas, enuresis).
- Cambios en el rendimiento escolar (no presta atención, su rendimiento baja considerablemente).
- Cambios en su estado de ánimo (está más triste, apagado, sin energía).
- Cambios en su nivel de actividad. (es más elevado o menos que el resto de los niños, está más nervioso).
- Alteraciones en el juego (juega siempre solo, no participa en juegos sociales, se aísla, juega siempre a juegos violentos).
- Alteración en la conducta (no acata normas, tiene conductas extrañas o repetitivas).
- Alteraciones en las relaciones sociales (ya no se relaciona con sus iguales o siempre ha tenido
problemas con sus compañeros, no es capaz de hacer nuevos amigos, evita situaciones sociales o presenta claros síntomas de ansiedad).
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén
Enlaces consultados:
http://isepclinic.es/blog/psicologia-infantil-cuando-llevar-a-mi-hijo-al-psicologo/
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