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jueves, 30 de octubre de 2014

Principios básicos de la estimulación temprana

Existen unas reglas y principios básicos que permiten el desarrollo óptimo de la estimulación:
  • Saber por qué estimulamos: la regla principal es el saber los objetivos y principios que rigen la importancia de la estimulación temprana. Se debe tener en cuenta la plasticidad neuronal del bebé, ya que en los 3 primeros años de vida el cerebro realiza el mayor trabajo de toda su vida, puesto que se produce la mayor cantidad de conexiones sinápticas. Dichas conexiones sinápticas las propician las interacciones con el niño (juegos, diálogos, caricias) y es lo que permite el aprendizaje de nuevas situaciones.
  • Considerar la disposición del niño: se debe tener en cuenta el momento indicado para realizar la estimulación, cuando el pequeño esté dispuesto y atento. Se deben observar las actitudes, gestos, expresiones, ya que éstas son las que nos indicarán el estado de ánimo del niño. Lo que debe primar ante todo es la necesidad del bebé y el propiciar el momento adecuado y oportuno. 
  • Organizar un ambiente propicio para el aprendizaje: es muy importante que el niño se encuentre en un clima agradable, cómodo, y que motive y despierte su atención. Además hay que asegurarse de que existe una buena iluminación, temperatura adecuada, y que el ambiente esté organizado de manera que no confunda al niño, sino que le permita dirigir su conducta y aprendizajes. 
  • Respetar el ritmo de aprendizaje del niño (estimular no es adelantar): cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y no podemos sobrecargarlo. Estimular es propiciar el desarrollo de habilidades de manera oportuna, es decir, en el momento adecuado, y ese momento adecuado nos lo va marcando el pequeño con sus peculiaridades. En cada etapa infantil, existen una serie de capacidades que se deben desarrollar, por ello se deben conocer las etapas de desarrollo y logros, ya que todos los niños siguen una secuencia general. Por ello con la estimulación temprana lo que se pretende es potenciar esas habilidades. 
  • El tiempo de estimulación: este es un punto muy importante, ya que por cuanto más estimulamos al niño no significa que vaya a aprender antes, es al contrario, lo que conseguiremos es saturación. Las actividades se realizarán a través de juegos y adaptando el tiempo de la sesión a la edad y características de cada niño. Cuando estamos en casa, lo que se hace es aprovechar cualquiera de los momentos en los que el niño esté dispuesto y atento.
  • Reforzar positivamente los esfuerzos del niño: con el reforzamiento positivo lo que conseguimos es que una conducta aumente, es decir, cuando el niño realiza una conducta tras la que le sigue una consecuencia positiva para él, volverá a repetir dicha conducta. Por ello es muy importante reforzar de manera positiva los logros que consigue, pero también ofrecerle apoyo y animarlo a enfrentarse y superar obstáculos. Gracias a esto, en el futuro ese niño será capaz de asumir retos. 
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Infantil Perenquén.

lunes, 27 de octubre de 2014

¿Por qué es bueno decir "no" y poner límites a los niños?

Cuando le decimos "no" a un niño por su bien o seguridad, le estamos demostrando que nos preocupamos por él. Al igual que también les hace entender que todas sus acciones tienen consecuencias.

Además, decirle "no" también incluye no darle todos los caprichos, para que sepa valorar lo que realmente importa, que comprenda desde pequeño que no todo se consigue en la vida y que a veces las cosas tardan un tiempo en llegarnos.

Por otra parte, que los niños comprendan que existen límites, hace que se sientan seguros, porque ven al mundo según un marco de referencia y no como algo inmenso, además cumplir con esas normas les hace sentir bien, mejorando su relación con el resto de las personas. Es lógico que los límites vayan modificándose según la edad del niño, y que los padres deben permitir que vayan realizando cosas por ellos mismos para conseguir una buena autonomía e independencia. No se debe confundir con la limitación de la curiosidad que tienen todos los infantes. Es decir, los padres deben acompañar al niño en su crecimiento para ofrecerle seguridad y compañía, para ello es necesario poner límites donde se puedan sentir a salvo.

Además, al mostrarles límites conseguimos que los niños aprendan a regular sus emociones, a reaccionar cuando algo no se puede hacer, a reconocer qué sienten en esos momentos y saber cómo manejarlo. Esto es, enseñarle que las emociones que siente son válidas y que tiene derecho a sentirlas, pero que no se puede dejar llevar por los impulsos (pegar porque está enfadado).

Por otro lado, que el niño entienda que no puede hacer todo lo que quiera, le hace comprender que todas sus acciones tienen consecuencias. Los padres deben permitir que él conozca qué es lo que sucede cuando se pasa de esos límites marcados, para que de esta manera entiendan que no todo sale bien siempre, y que aprendan y consigan herramientas para aceptar los fracasos. El corregir algo que ha hecho mal, le ofrece al niño mayor seguridad en sí mismo.

¿Pero qué pasa cuando un niño crece pensando que todo lo que hace siempre está bien hecho? Pues que con el tiempo ese niño se vuelve temeroso, no querrá intentar nuevos retos por el miedo a equivocarse, le dará pánico decepcionar a los demás y no sabrá afrontar esa situación novedosa para él. En cambio, los niños que crecen sabiendo que no todo siempre sale como uno quiere, sabe perfectamente que el fracaso no le quitará el amor de sus padres, sino que le quieren y le querrán tal y como es.

¿Qué podemos hacer?

• Definir normas en la casa y respetarlas.
• Comunicar las normas claramente a los niños.
• Evaluar cuando una norma ya no es necesaria porque el niño ha crecido.
• Cumplir los padres con las normas que a ellos les corresponden, para que los hijos los imiten.
• Aceptar delante de su hijo los errores que comete con ellos. Si el niño ve que sus padres se equivocan, aprenderá a manejar sus propios desaciertos.
• Permítale equivocarse, esto les dará seguridad en sí mismo.
• Valide las emociones del pequeño, dígale que está bien sentir ira o tristeza en ciertos momentos.
• No le dé gusto en todo.
• Déjele conocer las consecuencias de sus actos.
• Sea coherente entre lo que dice y lo que hace. Este será el verdadero ejemplo para su hijo.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado.
Gabinete Psicología Infantil Perenquén.

Enlaces consultados:
http://www.abcdelbebe.com/nino/no-una-palabra-para-fijar-limites?hootPostID=ca37c3b8ae7b57547a6ae50c31880c53

lunes, 20 de octubre de 2014

Parálisis Cerebral

La parálisis cerebral es un trastorno persistente del movimiento y la postura, causado por una lesión no evolutiva del Sistema Nervioso Central, producida durante el período temprano del desarrollo cerebral, y limitado de manera general a los 3 primeros años de vida del niño. Es decir, los niños con parálisis cerebral sufren de problemas posturales y del movimiento, siendo evidente desde la primera infancia, en la mayoría de los casos se identifican hacia los 6 meses.

Se caracteriza por alteraciones de los sistemas neuromusculares,musculoesqueléticos y sensoriales, a consecuencia de una fisiopatología y otras consecuencias indirectas, que se han desarrollado para compensar los trastornos. A menudo la parálisis cerebral se asocia con retraso mental o dificultades del aprendizaje, alteraciones del lenguaje, trastornos de la audición, epilepsia o alteraciones visuales.

Existen distintos factores etiológicos que pueden llevar a la parálisis cerebral, van en función de la etapa de la lesión, por lo que tenemos 3 períodos:

Período prenatal:
  • Enfermedades infecciosas de la madre en el primer trimestre de gestación (rubéola, hepatitis vírica, sarampión, etc.)
  • Trastornos de la oxigenación fetal (insuficiencia cardíaca grave de la madre, anemia, hipertensión, circulación sanguínea deficiente del útero y la placenta, etc.)
  • Enfermedades metabólicas (diabetes, defectos del metabolismo de los hidratos de carbono (galactosemia), defectos del metabolismo de los aminoácidos (fenilcetonuria), de las proteínas o lípidos)
  • Hemorragia cerebral fetal por toxemia gravídica del embarazo, traumatismo, discrasia sanguínea de la madre, etc.
  • Incompatibilidad del Rh o enfermedad hemolítica del bebé recién nacido (prácticamente sólo se da en países subdesarrollados).
  • Otras causas de lesión (intoxicaciones fetales por rayos X, en bajo peso gestacional y parto prematuro).
  • Resultado de una leucomalacia periventricular (tenemos como más común la diplejía espástica).
  • Hemorragia intraventricular como lesión del cerebro más común en bebés de 32 semanas de gestación, produciéndose en el 40% de los niños prematuros.
Período natal o perinatal: las causas perinatales son las más conocidas, pero su incidencia está bajando. Entre ellas tenemos: 
  • La anoxia neonatal por traumatismo físico directo durante el parto por las maniobras de extracción inadecuadas
  • Las distocias que puedan producir sufrimiento fetal.
  • Las posibles alteraciones que se producen en estos períodos pueden contribuir a la anoxia y se producen por:
  1. Interferencia del flujo sanguíneo umbilical.
  2. Intercambio inadecuado de oxígenos entre la placenta y el feto.
Todo ello puede llevar a una lesión hipóxico-isquémica, que son la causa más común de alteraciones neurológicas no progresivas.
Período postnatal: por infecciones (meningitis o sepsis), intoxicaciones y traumatismos.


Como clasificación básica de la parálisis cerebral según los distintos criterios, tenemos:
Clasificación topográfica: en función de la extensión de la lesión, define las posibilidades y pronósticos del niño:
  • Hemiplejía: la afectación se limita a un hemicuerpo, las alteraciones motrices son más evidentes en el miembro superior.
  • Diplejia: afectación de las 4 extremidades con predominio de las inferiores.
  • Tetraplejia: afectación global, con tronco y las 4 extremidades, con predominio de las superiores.
  • Triplejia: afectación de 3 miembros, es poco frecuente. La extremidad no afectada aunque suele ser funcional, también suele estar afectado aunque en menor intensidad.
  • Monoplejia: afectación de un miembro, pero no es pura, es decir, suele haber afectación de otra extremidad aunque en menor intensidad.
Clasificación académica: define la sintomatología clínica de la parálisis cerebral:
  • Parálisis cerebral espástica: el tipo más frecuente, resultado de una lesión en la corteza motora o proyecciones de la sustancia blanca en áreas sensoriomotrices corticales.
  • Parálisis cerebral atetósica o discinética: asociada con la lesión de los ganglios basales y sus conexiones con la corteza prefrontal y premotora.
  • Parálisis cerebral atáxica: lesión en el cerebelo que está conectado a la corteza motora y al mesencéfalo, por lo que aparece junto a espasticidad y atetosis.
  • Parálisis cerebral hipotónica: es la primera fase de la evolución hacia otras parálisis cerebrales. Se caracteriza por disminución del tono muscular y de la capacidad para generar fuerza muscular voluntaria, debido a una excesiva flexibilidad articular e inestabilidad postural.
Espástico: principales características:
  • Hipertonía de la variedad “navaja”: si los músculos espásticos se estiran, responden exageradamente; y si se contraen, bloquean el movimiento. El reflejo de estiramiento hiperactivo puede presentarse al comienzo, a mitad o al final de la extensión del movimiento. Se observan sacudidas tendinosas aumentadas, clonus ocasionales y otros signos de lesiones de neuronas motoras superiores.
  • Posturas anormales: se asocia con músculos antigravitatorios extensores en la pierna y flexores en el brazo. Existen muchas variaciones. Las posturas anormales se mantienen por los grupos musculares espásticos.
  • Cambios en hipertonía y posturas: los cambios pueden producirse por excitación, miedo o ansiedad, ya que aumentan la tensión muscular. Las variaciones en la hipertonía ocurren en la mismas partes afectadas o desde una parte del cuerpo a otra.
  • Hipertonía: puede ser espasticidad o rigidez. Para el tratamiento, el tipo de hipertonía no tiene importancia, ya que las técnicas para el desarrollo motor, y la prevención de las deformidades, son las mismas.
  • Movimiento voluntario: existe movimiento voluntario en la espasticidad, aunque es posible que haya debilidad al iniciar el movimiento o durante el transcurso en las diferentes partes de su extensión. Esta espasticidad puede disminuir o desaparecer con el tratamiento o drogas, por lo que los músculos espásticos pueden ser fuertes o débiles.
  • Grupos de músculos: los grupos o cadenas de músculos usando en los movimientos, son diferentes de lo que se utilizan en los niños sin problemas de la misma edad. Los músculos pueden estar estereotipados o que la asociación de músculos sea anormal.
  • Otros modelos de movimiento: como pueden ser movimientos anormales o la presencia de movimientos masivos, en las que el pequeño no puede mover una articulación por separado.
Atetoide: principales características:
  • Movimientos involuntarios-atetosis: son movimientos poco comunes, sin propósitos e incontrolables, además pueden ser lentos o rápidos, se presentan dentro de los tipos de contorsión, sacudidas, temblor, manotazos o rotaciones, etc. Pueden aparecer incluso en reposo. Aumenta con la excitación, inseguridades y esfuerzos al hacer un movimiento voluntario o abordar un problema mental. Se ven disminuidos por la fatiga, somnolencia, fiebres, atención concentrada en otra cosa, etc. Se puede presentar en todas las partes del cuerpo, cara o lengua, pero sólo aparece en manos o pies, articulaciones proximales o distales.
  • Movimientos voluntarios: son posibles, pero puede que aparezcan con retraso inicial antes de comenzar el movimiento. El movimiento involuntario puede entorpecer al voluntario de manera parcial o total, haciéndolo incoordinado. También hay falta de movimiento más finos y debilidad.
  • Hipertonía o hipotonía: pueden haber fluctuaciones en el tono, además pueden haber distonía o sacudidas en la cabeza, tronco o miembros, al igual que espasmos repentinos de flexión o extensión.
  • Danza atetoide: algunos niños no logran mantener su peso sobre sus pies, por lo que mueven continuamente los pies hacia arriba o hacia afuera, como en una danza.
  • Parálisis de los movimiento de la mirada: dificultad para mirar hacia arriba, e incluso para cerrar los ojos de manera voluntaria.
  • Atetoides cambian con el tiempo: estos niños cuando son bebés, son blandos y sus movimientos involuntarios aparecen cuando tienen 2 o 3 años. Los adultos sin embargo tiene tensión muscular, que se ve aumentada cuando se esfuerzan por controlar los movimientos involuntarios.
Atáxico: características principales:
  • Perturbaciones en el equilibrio: mala fijación de la cabeza, tronco y cintura pélvica. Algunos compensan la inestabilidad con reacciones excesivas de brazos para mantener el equilibrio. Esto también se ve en los atetoides y en los espásticos.
  • Movimientos voluntarios: presentes, pero torpes. Estos niños tienen dismetría y temblor intencional en el miembro inseguro, además de que poseen pocos movimientos manuales finos.
  • La hipotonía es común.
  • El nistagmo puede estar presente.

En la parálisis cerebral, además de los trastornos del movimiento y del tono postural, pueden aparecer una serie de problemas o trastornos asociados:
  • Epilepsia: muchos niños con parálisis cerebral, también sufren de crisis epilépticas. Los maestros deben estar informado de ello y de la dosis del tratamiento, ya que una mala administración puede producir somnolencia, con lo que se ve afectado el rendimiento escolar del pequeño.
  • Trastorno de visión y audición: con respecto a la visión, los que más aparecen son estrabismo, nistagmus y miopía. Y con respecto a la audición tenemos desde hipoacusia leve hasta sordera bilateral, aunque esta última es menos frecuente.
  • Deformidades y problemas ortopédicos: los trastornos del tono muscular pueden provocar contracturas, deformidades articulares, posturas viciadas, mecanismos de compensación entre dificultades, etc. Todo ello puede requerir de aparatos, férulas y cirugía correctora. En estos casos también el maestro debe estar informado, para controlar esas situaciones, aliviar en la medida de lo posible al niño y prevenir dichos problemas.
  • Déficit cognitivo: aunque la parálisis cerebral no tiene porque asociarse a un retraso mental, las afectaciones motoras condicionan al niño a presentar determinadas dificultades cognitivas, es decir, una alteración en el desarrollo motor afectará en mayor o menor medida al desarrollo evolutivo del pequeño. Esto sucede en un 40-60% de los casos.

Se presentan las características comunes de las personas con parálisis cerebral:
  • Tono muscular anormal: el tono muscular anormal puede alterar el control del movimiento con problemas en la coordinación, secuencia del movimiento para actividades diarias o para la marcha. El tono muscular de la cabeza, cuello y tronco, se compara con las extremidades, es decir, el lado derecho con el izquierdo, las extremidades superiores con las inferiores y las partes distales de las extremidades con las partes proximales. La hipertonía y la espasticidad limitan la capacidad para iniciar el movimiento, mantener el control y moverse de manera rápida, puesto que la activación del mecanismo de reflejos de estiramiento depende de la velocidad.
  • Alteración del control motor selectivo: sus patrones de movimientos son predecibles según el trastorno, la extensión de la afectación o si han tenido experiencias de movimientos anteriormente. La selección, secuencia y tiempo de la actividad de los grupos musculares influyen en la forma del movimiento, pero también hay que tener en cuenta la forma en cómo se mueve el pequeño, es decir, estar pendiente de los patrones de movimiento normales y anormales. Por otra parte, los reflejos primitivos se inician por estímulos propioceptivos y estereoceptivos, por lo que su valoración es importante para obtener información sobre cómo el niño responde a los impulsos sensoriales específicos.
  • Reacciones asociadas: se refiere a la excesiva actividad muscular innecesaria que acompaña a una actividad motriz inmadura. También se relaciona con espasticidad, ya que se observa un aumento del tono muscular en otras partes del cuerpo que acompañan al movimiento intencional. Son muy evidentes en la infancia, sobre todo en la manipulación. Se hablaría de incapacidad para fraccionar el movimiento, falta de habilidad en actividades motrices, fuerzas de movimiento dependiente, incapacidad para inhibir músculos innecesarios en una actividad, etc.
  • Alteraciones en el alineamiento musculoesquelético: se refiere a la disposición de los diferentes segmentos del cuerpo con respecto a otros, a la gravedad y a la base de soporte. Es vital para la conducta motriz. Las anormalidades se pueden observar tanto en situación de reposo, como en situación de interacción. Los niños con parálisis cerebral tienen muchas dificultades para mantener una actividad muscular anticipatoria, además la asimetría en el soporte de peso limita el movimiento en el lado de soporte, lo que contribuye a la aparición de deformidades estructurales.
  • Alteración del control postural y de equilibrio: los niños con parálisis cerebral, al igual que los que sufren de problemas visuales, tienen un retraso en el desarrollo de las reacciones de equilibrio. Aunque muchos pueden mantener la postura, se observan pocas habilidades para las reacciones de equilibrio según la velocidad, fuerza y duración de los impulsos sensoriales. Cuando esto sucede, muchos niños utilizan mecanismo compensadores, que son estereotipados y limitados. Además, estos niños tienen una limitación funcional para usar respuestas de protección, por la dificultad de interacción entre la secuencia temporal de los miembros y músculos durante la fase de movimiento, por una disminución de la capacidad para generar la fuerza suficiente en los miembros que le sirva de soporte, o por la falta de habilidad para responder de manera instantánea a los cambios posturales.
  • Fuerza muscular inadecuada: este es un aspecto difícil de valorar en los niños con parálisis cerebral, porque muchos factores neuromusculares, musculoesqueléticos, biomecánicos, cognitivos y de percepción, influyen en la capacidad para iniciar, completar o repetir un movimiento. También porque algunos factores complican la capacidad de generar fuerza, como son: la disminución de la amplitud de movimiento, la alteración del control muscular selectivo, la interferencia del tono muscular, etc. Por lo que la manera de valorar funcionalmente, es a medida que desarrolla posiciones y puede ir realizando movimientos. Existen 3 tipos de problemas en la fuerza muscular que pueden limitar la postura y el movimiento:
  1. La incapacidad de generar fuerza isométrica disminuye la capacidad de mantener una posición contra la gravedad o cuando se aplica una resistencia en los movimiento que están en amplitud de movimiento acortado.
  2. La fuerza isotónica (capacidad de un músculo para moverse dentro de su amplitud aplicando resistencia) y puede estar alterada la fuerza excéntrica (incapacidad para resistir una fuerza cuando el músculo está alargado) p la fuerza concéntrica (incapacidad para resistir una fuerza cuando el músculo está acortado).
  3. La resistencia muscular está alterada si hay debilidad primaria o secundaria al desequilibrio muscular.

Dentro de la parálisis cerebral se ven afectados los aspectos motores relacionados con el lenguaje expresivo, los problemas más frecuentes son los siguientes:
  • Alteraciones de la mímica facial: se habla de cara inexpresiva, lenta o con gestos bruscos, asimétricos o fijaciones faciales en la misma posición. A veces aparecen por una actividad motriz voluntaria y en particular del lenguaje.
  • Alteraciones del tono muscular y de la actividad postural general que dificultan la emisión vocal: pueden aparecer patrones reflejos en lugar de movimientos diferenciados, éstos pueden darse en el momento de intentar hablar, por lo que dificultan la emisión de voz y la articulación.
  • Alteraciones de la emisión vocal: se manifiestan por intensidad o bloqueos causados por espasmos, debilidad o incoordinación de los órganos de la respiración y de la voz.
  • Alteraciones de la fluencia del lenguaje y en la prosodia: aparece lenguaje fragmentado, pausas no adecuadas, alteraciones en la entonación, melodía y ritmo por respiración superficial o mal coordinada, espasmos del diafragma o dificultades de coordinación de movimientos
  • Hipernasalidad constante o intermitente: insuficiente control del velo del paladar.
  • Alteraciones de los reflejos orales: pueden pasar 2 cosas, que los reflejos no aparezcan o puede que no lleguen a inhibirse, hasta edades avanzadas incluso nunca.
  • Alteraciones de la articulación por dificultades en los movimientos maxilar, labios y lengua: pueden aparecer porque estén mal graduados, sin coordinación y a veces no son voluntarios.
  • Alteraciones auditivas: van desde la hipoacusias leves a sorderas neurosensoriales, la incidencia de estas alteraciones se sitúa entre un 10-20% de los casos.
  • Déficits cognitivos: lesiones de otras zonas cerebrales a parte de las motoras, posibles alteraciones perceptivas y dificultades sensoriomotrices, pueden llevar a déficits cognitivos que van desde un ligero retraso a deficiencias mentales graves.
  • Problemas en la conducta: pueden aparecer por las limitaciones sensoriales y psicomotrices, la dependencia, etc.
  • Problemas de expresión: según Le Métayer en la alteración de la motricidad bucofacial hay 4 niveles:
  1. Nivel 1: defectos de articulación discretos.
  2. Nivel 2: articulación comprendida por todos aunque con algunas dificultades.
  3. Nivel 3: las dificultades de articulación provocan que sólo le entienda su familia o allegados.
  4. Nivel 4: la expresión vocal está impedida junto a dificultades en la alimentación.
  • Partes del cuerpo relacionadas con la emisión de voz: en la emisión de voz interviene todo el cuerpo, no sólo el sistema fonoarticulatorio, por lo que también tienen importancia la musculatura general y la actividad postural.
  • Alimentación: los reflejos orales y la alimentación son la base para los movimientos que luego permitirán los movimientos del habla. En la parálisis cerebral se encuentra frecuentes alteraciones de la neuromotricidad de la alimentación.
  • Alteraciones de la zona oral y perioral, reflejos orales: pueden aparecer problemas de hiposensibilidad o hipersensibilidad en la lengua o mejillas.
  • Respiración: la respiración es vital para mantener el control de la fonación, su duración e intensidad. La capacidad respiratoria puede verse afectada por múltiples causas (debilidad muscular, hipertonía de los músculos del tronco, etc.) Todo ello provoca algunos problemas (respiración insuficiente, irregular y mal coordinada, inspiración bucal, problemas para realizar respiración profunda, etc.), siendo el más importante el control del aire más que la cantidad.
  • Fonación: es el paso del aire a través de los repliegues vocales, con la intención de emitir sonido. Entre los problemas más comunes tenemos: alteraciones en sentido de disminución, retraso en el inicio o bloque de la voz, movimientos de aducción incompletos o exagerados, movilidad reducida en la zona orofaríngea, etc.
  • Articulación: está en función de la fuerza, precisión y coordinación de los movimientos de la lengua, labios y maxilar. El tipo de trastorno de la articulación varía en función del tipo de parálisis cerebral. Entre los defectos tenemos: consonantes imprecisas, omisiones, sustituciones o vocales distorsionadas. Y entre los problemas podemos encontrar: imprecisión en la articulación, sustitución de unos fonemas por otros, movimientos irregulares de la lengua, y vocales y consonantes alargadas.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI

viernes, 17 de octubre de 2014

Estimulación prenatal

¿Qué es la estimulación prenatal, qué beneficios aporta y cuáles son sus bases científicas?

La estimulación prenatal es el proceso que promueve el aprendizaje en el bebé cuando aún está en el útero de su madre, optimizando su desarrollo mental y sensorial. Además, se trata de un conjunto de actividades que se realizan durante la gestación y que enriquecen al niño en las áreas física, emocional y social. Todo esto se consigue a través de una comunicación afectuosa y constante por parte de los padres con el bebé durante el embarazo.

Aunque muchos investigadores han concluido que no es posible el desarrollo del cerebro del niño cuando aún no ha nacido, lo que está claro es que ciertos estímulos tales como golpecitos en el vientre de la madre, sonidos suaves y melodiosos, la voz de su madre, etc. le producen placer al pequeño.

A parte de todo esto, lo que los bebés no nacidos sí pueden realizar es relacionar estímulos a sus significados si se presentan de una manera organizada, es decir, cuando las experiencias ocurren en un patrón determinado y consistente, se organizan de manera más efectiva en el cerebro del bebé, por lo que más adelante las puede usar por asociación ante circunstancias similares.

Los beneficios de la estimulación prenatal son los siguientes:

  • Mejora la interacción de la madre, el padre y el bebé que se está gestando.
  • Optimiza el desarrollo de los sentidos, importantísimos como base del aprendizaje.
  • Promueve la salud física y mental de los bebés.
  • Desarrolla el vínculo afectivo entre el bebé, los padres y el resto de la familia.
  • Desarrolla la comunicación, el lenguaje, el vocabulario, la coordinación vasomotora, la memoria, el razonamiento y la inteligencia social.

Lo que se logra a través de la estimulación prenatal es:

  • Que el bebé sea un explorador del mundo que le rodea.
  • Que sea curioso y le guste investigar.
  • Que aprenda que el mundo existe aunque no pueda verlo.
  • Que tenga un pensamiento flexible, permitiendo nuevos modos de interrelación con el mundo a parte de la experiencia directa.
  • Que aprenda a comparar y relacionar las situaciones entre sí.
  • Que tenga una mejor capacidad de concentración.
  • Que tenga mayor agudeza perceptiva.
  • Y por último que aprenda a identificar lo que es relevante de lo que no.

La estimulación prenatal está sujeta a unas bases científicas:

Al principio se creía que el cerebro de los niños aún por nacer era inmaduro, sin capacidad de razonamiento, memoria y sin capacidad de aprendizaje a parte de las respuestas reflejas. Pero hoy en día tenemos claro que los bebés, antes del nacimiento, son capaces de obtener y procesar una gran cantidad de información proveniente de diversos estímulos y que además existe una relación entre el desarrollo del cerebro de los bebés y los órganos de los sentidos dentro del útero.

En definitiva, la estimulación prenatal se basa en el desarrollo y maduración del sistema nervioso central y en particular del cerebro, constituido por millones de células llamadas neuronas.

Es muy importante que la estimulación prenatal comience a una edad gestacional temprana, ya que es en estos momentos cuando se va a desarrollar de manera más adecuada la mayor cantidad de sinapsis neuronales, lo que aumenta la capacidad de comunicación en la masa cerebral, por lo que es más efectivo en su función y poseerá una estructura más perfecta.

Es por ello que la capacidad mental y cerebral del bebé no nacido, aumentará tanto como se haya estimulado y apoyado tempranamente la conformación y funcionamiento del sistema nervioso central.


Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI

viernes, 10 de octubre de 2014

Beneficios del masaje infantil

Qué beneficios otorga el masaje infantil.

Los beneficios del masaje infantil son muchos y muy importantes, no sólo en el ámbito fisiológico, sino también en cuanto a las fibras sensibles del sistema emocional se estimulan y se fortalecen para poder crear un marco de confianza, seguridad y aceptación emocional, con lo que se consigue favorecer un crecimiento más equilibrado.

Los beneficios del masaje infantil nos viene a distintos niveles que comentamos:

  • Nivel fisiológico:

    • Sistema nervioso: el mayor y más poderoso sistema de comunicación que disponen los bebés es la piel, ya que a través del tacto se transmiten una gran cantidad de mensajes del medio externo al interno, es decir, al cerebro, favoreciendo el proceso de mielinización. Este sistema de comunicación es el predominante gran parte de la vida del niño, hasta los 12 años.
    • Sistema hormonal: la prolactina es una hormona que se encarga de la producción de leche y es fundamental en la relación entre la madre y el bebé, y que facilita la conducta maternal. También se desprende del padre o hermanos cuando tienen un contacto afectuoso con el niño a través del tacto.
      • Reducción del ACTH y las catecolaminas.
      • Liberación de endorfinas, oxitocinas y prolactinas.
    • Sistema inmunológico: cuando los bebés están en un situación de tranquilidad, el sistema inmunológico mantiene su equilibrio, al contrario de cuando siente estrés. Por ello, la seguridad emocional que le pueden proporcionar los padres a través de un contacto corporal amoroso y continuado, junto al sentirse en un estado de tranquilidad y relajación, fortalecerá su sistema inmunológico.
    • Sistema gastro-intestinal: los masajes aportan grandes beneficios al sistema gastro-intestinal a la hora de madurarlo y regularlo. Además ayuda en los cólicos, gases, incomodidades y favorece la creación de un ambiente más relajado en la familia, lo que favorece una mejor relación familiar desde los primeros días.
    • Sistema respiratorio: el masaje en la zona del pecho, espalda y hombros, ayuda a regular el sistema respiratorio.
    • Sistema circulatorio: el masaje ayuda en los movimientos de vaciado venoso, los de entrada aportan un efecto tonificante, y los de salida un efecto relajante. Lo que produce es que a mayor aporte de oxígeno, mayor limpieza de la sangre.
    • Sistema linfático: el masaje ayuda a drenar el sistema linfático de una manera suave.
    • Sistema muscular: el masaje tiene un efecto relajante y tonificante en la musculatura del bebé, disuelve nudos de tensión física y emocional que se van acumulando en distintas zonas musculares, dependiendo de la fase motriz en la que se encuentre el pequeño.

  • Placer sensorial: gracias al masaje los bebés toman conciencia de una manera placentera, de las dimensiones y espacio de su cuerpo en relación al mundo externo, es decir, les permite conocer sus límites corporales, de esta manera aprenden dónde están los límites respecto a los demás y a respetarlos. Cuando dicho conocimiento es placentero, produce una buena aceptación de uno mismo, parte importante para la seguridad, confianza y autoestima, gracias a ellos los niños obtienen un buen equilibrio emocional, les permite abrirse al mundo y aceptar a los demás.

  • Equilibrio tensión-relajación: con los masajes los bebés aprenden a responder a la tensión con relajación, además un masaje diario aumenta el umbral que tenemos para soportar los estímulos, sobre todo la cantidad de estímulos que soportan los niños. En los bebés prematuros aparecen problemas de aceptación del tacto, y con los masajes van aumentando de manera gradual, suave y cuidadosa, la tolerancia. Una parte importante también es escuchar al bebé mientras se da el masaje. A veces los pequeños lloran cuando se les masajea, y puede que no esté relacionado con una razón fisiológica concreta, sino al rechazo al contacto. Incluso puede deberse a una vía de salida de una situación estresante, por lo que ese llanto es positivo. En definitiva, el masaje tiene dos funciones: liberar tensiones físicas y liberar tensiones emocionales.
    • Tensión: los estímulos táctiles, auditivos, visuales, emocionales etc. que se implican dentro del masaje infantil, ponen a los bebés en un estado de alerta, lo que produce mejores procesos de memorización y aprendizaje.
    • Relajación: ayuda a autorregular y procesar experiencias vividas y liberar tensiones excesivas acumuladas en un clima cálido, tranquilo y con amor.

  • Vínculo afectivo: son una parte importantísima en la relación y comunicación, ya que ayuda a crear y nutrir lazos entre bebés y padres. Cuando tenemos vínculos afectivos fuertes, tenemos una buena base para un conocimiento mutuo mejor. Es más, cuando las condiciones no han sido favorables y no ha existido un vínculo inicial, con el masaje se puede llegar a potenciar dicho vínculo. En definitiva, cuanto más vínculo exista:
    • Habrá una comunicación más fuerte sobre la que se construye el desarrollo positivo del bebé como persona.
    • También debe existir hacia el padre, ya que es parte básica del núcleo familiar, gracias al masaje se permite que el padre también encuentre una relación intensa con el bebé desde los inicios.
    • Menos probabilidad de abandono físico, psíquico o emocional del bebé, por lo que disminuye el riesgo de maltrato infantil.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI

Discapacidades motoras: La espina bífida y la Distrofia Muscular

Espina bífida

Es una enfermedad integrada en el grupo de enfermedades crónicas de nacimientos “defectos del tubo neural”. Afecta a la columna vertebral y a veces a la médula espinal. En la gestación, la espina dorsal se cierra antes del día 29 tras la concepción, pero en la espina bífida esto no sucede. Cuanto más alto en la espalda se encuentra el quiste, más grave es la parálisis.

Se cree que existen factores genéticos y del medio ambiente que provocan la enfermedad, pero el 95% de los niños que la sufren no descienden de familias con antecedentes. Aún así parece que sí existen vestigios hereditarios. Además, esta enfermedad también puede aparecer como parte de un síndrome junto a otros defectos de nacimiento.

Hay maneras de prevenir la espina bífida en el bebé entre un 50 y un 70%, con la alimentación de la madre en cantidad de ácido fólico y de vitamina B.

Existen 3 tipos de espina bífida:

  1. Oculta: es un tipo asintomático donde existe una pequeña hendidura en una o más vértebras. Generalmente la médula espinal y los nervios son normales, y estos niños no suelen tener problemas. Generalmente no requiere de tratamiento.
  2. Meningocele: es el tipo más raro, aparece un quiste o protuberancia donde las membranas que envuelven la médula espinal se asoman por la parte abierta de la columna. Dichos quiste de tamaños variable, se pueden operar, de esta manera se consigue un desarrollo con menos secuelas que en el tipo siguiente, sólo hay que evaluar a estos niños para comprobar si tienen hidrocefalia o problemas de incontinencia.
  3. Mielomeningocele: es el tipo más grave, es el que sostiene raíces nerviosas de la médula espinal y a menudo la médula espinal en sí. En otros casos puede que no aparezca ningún quiste, sino simplemente una sección expuesta de la médula espinal y los nervios. También puede haber pérdida del líquido cerebroespinal. Estos niños tienen un riesgo alto de infección hasta que se le cierran las vértebras por cirugía, mientras se les protege con antibióticos. A los bebés se les opera entre las 24 y 48 horas tras el nacimiento. Incluso con cirugía aún puede quedar cierto grado de parálisis en las piernas, insensibilidad y problemas de incontinencia, ya que los daños neurológicos no se pueden revertir.

Los niños con espina bífida no tienen por qué padecer de discapacidad mental, aunque pueden presentar dificultades de aprendizaje en la primera infancia y problemas de integración social en la adolescencia (por la hidrocefalia, por falta de experiencias debido a hospitalizaciones, dificultades de desplazamiento y manipulación y por las alteraciones del carácter y la conducta).

Además, dentro del desarrollo cognitivo aparecen problemas de atención y memoria, orientación espacial y percepción visual. En cuanto al desarrollo afectivo-social, estos niños tienen dificultades pero no por la enfermedad, sino por culpa de su aspecto físico y por problemas emocionales a causa del trato recibido por la sociedad. En el desarrollo psicomotor, además de los aspectos alterados por la enfermedad, también se ven alterados la coordinación oculo-manual y en la habilidad manual, ya que la disfunción de las extremidades superiores se ha identificado como una característica de estos niños. Y por último tenemos el desarrollo del lenguaje, donde aparece una buena capacidad para aprender palabras y para hablar, estos niños no tiene problemas articulatorios, además de que normalmente tienen una mejor capacidad de comunicación oral expresiva que comprensiva y mejor habilidad verbal que manipulativa, tampoco tienen problemas en la percepción auditiva.

Las discapacidades asociadas de manera común a la espina bífida son las siguientes:

  • Hidrocefalia: que es la presencia de líquido en el cerebro. Ocurre en el 70-90% de los niños que padecen de espina bífida. Ocurre cuando el líquido cefalorraquídeo no se puede drenar de manera normal, entonces se acumula en el cerebro y alrededores, haciendo que la cabeza aumente de tamaño, produciendo hipertensión craneal. Sin tratamiento se llega al deterioro de las funciones cognitivas y daños neurológicos. Lo que se hace es drenar dicho fluido a través de un tubo que va por debajo de la piel hasta el pecho o abdomen, de esta manera se permite que el fluido pase por el cuerpo sin dañarlo.
  • Parálisis y pérdida de sensibilidad: la severidad dependerá de la localización y naturaleza del defecto, es decir, cuanto más alta está la lesión, más afecta a los miembros. Aunque en ocasiones, aunque la parálisis esté en los miembros inferiores, no se descarta afectación de los superiores. Se deben evitar las fuentes de calor cercanas, objetos que puedan producir lesiones etc.
  • Incontinencia de esfínteres: la suelen sufrir los niños con mielomeningocele, por lo que es un error supeditar su escolarización a la consecuencia de este objetivo.
  • Problemas visuales: aparece sobre todo el estrabismo.
  • Médula anclada: esto es porque no se desliza hacia arriba y hacia abajo como debería hacer de manera normal, esto es así por el tejido que envuelve la columna la mantiene fija en una posición. Aunque la mayoría de los pequeños no desarrollan síntoma alguno por la espina dorsal trabada, algunos sufren de pérdida progresiva del funcionamiento de sus piernas, y otro desarrollan escoliosis. Se puede recuperar el nivel habitual de funcionamiento liberando la columna vertebral quirúrgicamente.
  • Alergia al látex: entre el 18 y el 73% de los niños con espina bífida, son alérgicos al látex. Ello puede ser debido a la intensa exposición de este componente durante las múltiples cirugías y procedimientos médicos. Entre los síntomas aparecen: ojos llorosos, respiración silbante, erupciones alérgicas y reacciones anafilácticas.


Distrofia muscular:

Es una enfermedad de los músculos, donde se va limitando la movilidad y se debilita el sistema muscular respiratorio. Se caracteriza por un deterioro progresivo de las fibras musculares debido a la falta de la proteína distrofina, por lo que con el tiempo se pierde la capacidad de andar, teniendo problemas respiratorios y cardiovasculares. Se debe a un problema genético.

Con respecto a la educación de los niños, hay que tener presente que estamos ante un proceso involutivo, pero teniendo en cuenta la velocidad de la progresión, las zonas o áreas donde el cuerpo se ve más afectado y edad en la que se inicia el proceso.

Clasificación según el orden más o menos precoz de la aparición de síntomas:

  1. Distrofia muscular miotónica: es la forma adulta más común de la enfermedad ya que aparece a la edad de 20 a 40 años, afecta tanto a hombres como a mujeres, es de avance lento y comienza por la cara, pies, manos y parte anterior del cuello. Produce debilidad muscular (síntoma muy variable), afecta al sistema nervioso central, corazón, ojos y glándulas endocrinas. Las madres con esta enfermedad, suelen tener bebés con distrofia muscular miotónica congénita, que es una enfermedad rara del trastorno, estos bebés pueden tener debilidad severa, dificultad para succionar y tragar, y problemas para respirar, con cuidado especiales llegan a mejorar, con unas características comunes de retardo y retraso mental.
  2. Distrofia muscular de Duchenne: es la forma infantil más severa ya que aparece en los niños varones a la edad de 2 a 6 años, es la más común, de orígen genético y se diagnostica tras los 5 añitos. Los músculos afectados son: pelvis, parte superior de los brazos y piernas, con un avance lento pero con aumentos repentinos y varía según el niño. Estos niños suelen tener tendencia a caerse, dificultad para levantarse estando sentado o acostado y poseen una marcha como de pato. Además presentan seudohipertrofia, es decir, agrandamiento de la pantorrilla y a veces de otros músculos por la acumulación de grasa y tejido conectivo en el músculo. Pero con aparatos ortopédicos y terapia física, pueden prolongar la habilidad para caminar hasta los 12 años que necesiten silla de ruedas ya que se pierde totalmente la habilidad de caminar. Los problemas respiratorios llegan en la etapa tardía, donde aparecen las infecciones, y acaba cobrándose la vida de la persona a los 20 o 30 años.
  3. Distrofia muscular de Becker: aparece en los niños varones a la edad de 2 a 16 años, con un avance lento y afectando a la pelvis, parte superior de los brazos y piernas. Se parece mucho a la distrofia muscular de Duchenne, pero en vez de ser la falta de proteína, la causa anormalidades en un gen que reduce la cantidad de distrofina o una anormalidad en la estructura de la proteína. Otra diferencia es que la enfermedad puede aparecer incluso hasta los 25 años y con una expectativa de vida superior.
  4. Distrofia muscular congénita: aparece desde el nacimiento tanto en niños como en niñas, también es de avance lento y los músculos se ven afectados de manera generalizada. Puede aparecer deformidad en la articulación por el acortamiento de los músculos. Además varía en niveles de severidad y puede acortar la duración de la vida del bebé.

Qué aspectos diferenciales en el desarrollo podemos destacar en distrofia muscular. Describa los rasgos más acusados.

Los rasgos más acusados que se desprenden de los niños con distrofia muscular son:

  • Ambivalencia en la toma de conciencia de la minusvalía, pasan de la aceptación de los límites a la negación de las consecuencias futuras, lo que se manifiesta en una gran labilidad emocional.
  • Descentración para la percepción de sentimientos y necesidades de los demás, que se une de manera paradójica en una actitud competitiva.
  • Ansiedad, traducida en inseguridad, sobre todo en situaciones de cooperación en grupo.
  • Agresividad, que no siempre aparece, pero que se refleja en actitudes negativas.
  • Dependencia y pasividad, relacionado con la falta de autonomía, que se manifiesta en la falta de iniciativa, dependencia afectiva, etc.
  • Repliegue sobre sí mismo, con mutismo oposicional provocado por la ansiedad, la desconfianza y la inseguridad.
  • Refugio excesivo en la fantasía como fuente de satisfacción y salida de las tensiones interiores.

Lo que hay que preguntarse es si todos estos rasgos se deben a la enfermedad o por la forma de vida que existen en las instituciones, además de con las actitudes de dependencia y reacciones que provoca el ambiente en dichos centros. De todas maneras, algunos de estos rasgos se pueden convertir en positivo.

En lo que se refiere al área intelectual, se ha creído que los niños con distrofia muscular poseen una inteligencia baja, sobre todo cuando dejan de andar. Esta creencia se basa en el bajo rendimiento que poseen estos niños, pero no tienen en cuenta factores decisivos sobre la eficiencia escolar, como son la angustia, el bajo autoconcepto personal y las limitaciones del campo perceptivo.

Una cosa muy importante y que los estudios destacan es la normalidad intelectual de los niños, siendo las funciones cognitivas las únicas que no sufran alteraciones durante el curso de la enfermedad.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Perenquén GPI