¿Qué es la indefensión aprendida?
En el campo de la psicología cada vez cobran más fuerza las teorías que establecen la infancia como punto de partida de muchas de las vivencias que se tienen en la etapa adulta. Casos de acoso escolar, estar quemado porque alguien que te hace la vida imposible, maltrato por parte de un familiar, etc, siendo escenas de vidas cotidianas tan dispares entre sí, resultan tener un denominador común: la parte débil, la persona acosada que presenta idénticos síntomas ante esa situación injusta: no se defiende. No sabe, no puede.
¿Cuándo aparece la indefensión aprendida?
Las situaciones incontrolables no son suficiente motivo para desencadenar la depresión e indefensión aprendida, por lo que hay que tener en cuenta también cómo la persona se proporciona la explicación de lo que está sucediendo:
- Cuando lo atribuye a factores internos, es decir, que lo ve como responsabilidad suya, merma su autoestima.
- Cuando lo atribuye a factores estables, es decir, que piensan que las cosas no pueden cambiar nunca en el futuro, lleva a tener ciertos síntomas depresivos que se extenderían en el tiempo.
- Cuando lo atribuye a factores globales, se realizaría una sobregeneralización, que afectaría al modo de comportarse en otras muchas situaciones diferentes.
En la vida cotidiana aparece en varios escenarios, como son el laboral, el social, el personal, etc. Las personas comienzan a pensar que hagan lo que hagan, no van a conseguir cambiar nada, por lo que dejan de expresar sus deseos e incluso dejan de luchar por sus derechos, soportando una vida infeliz, porque creen que no tienen el control sobre ella. Muchas personas se sienten así frente a su jefe, a su compañero de trabajo, frente al poder político o la situación que nos ha tocado vivir, frente a algún familiar, etc. Un refrán que explica la indefensión aprendida es "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".
¿Cómo educar a niños fuertes que no caigan en la indefensión aprendida?
Para ello se necesita, entre otras muchas:
- Coherencia en el estilo educacional: es decir, que exista coherencia entre ambos padres, y entre los padres hacia el niño. Coherencia en lo que se dice y lo que se hace, en lo que está bien y lo que está mal. El que el niño vea a los padres como un gran equipo fuerte y sólido, hace que aumente su confianza y autoestima frente al mundo, y tenga una visión positiva de él mismo y de los demás.
- Una buena incondicionalidad afectiva: los niños deben sentirse amados y aceptados en todo momento, de manera totalmente independiente a su comportamiento, por lo que hay que poner límites y educar bien pero sin perder de vista el amor. Hay que diferenciar que los niños no son malos, sino que a veces se portal mal, esta diferencia es muy importante.
- Fuertes aprendizajes de estrategias de afrontamiento: debemos enseñarles estrategias de afrontamiento a los niños para cuando pasen por circunstancias difíciles o que no sepan como superar, ya que de otra manera sentirán que no son capaces de nada.
- Que no exista miedo en las figuras de apego: en la indefensión aprendida siempre aparece el miedo, que es el responsable de bloquear la posibilidad de actuar, además, hace que el organismo entre en un estado de alerta donde sólo puede huir o atacar. Pero los niños no tienen esta posibilidad, por lo que acaban paralizados y con una enorme sensación de indefensión y vulnerabilidad. Es horrible que un niño sienta miedo hacia las personas que deberían amarle y protegerle, por lo que aparecen los trastornos afectivos.
- Sustituir la culpa por responsabilidad: no se trata de echarles la culpa a los niños cuando hagan algo malo, sino de inculcarles la responsabilidad de reponer el daño que han causado. Además, pueden llegar a pensar que merecen los que les sucede, ya que es su culpa, y la autoestima se daña.
- Transmitir la motivación de logro y la percepción de competencia: los padres son los principales modelos para los niños, por lo que son un ejemplo importantísimo. Muchos padres quieren proteger a los niños de todo, y no dejan que expresen y practiquen su potencial, ni desarrollen la capacidad de resolución de problemas, ni perfeccionen sus estrategias de afrontamiento, etc. Debemos permitir que los niños tengan la oportunidad de sentirse competentes y capaces de realizar ciertas actividades, de esta manera llegan a aprender que sus actos pueden tener consecuencias y que son capaces de influir sobre el medio. Por otro lado, los niños también necesitan fracasar, es necesario que a veces se sientan tristes, enfadados, frustrados, ya que el evitar a toda costa que vivan estas emociones, hace que no aprendan. En definitiva, la motivación de logro es saber ser hábil para conseguir metas y objetivos, pero siempre desde nuestro control interno, que es el que alimenta la autoestima.
Ejemplos cotidianos de indefensión aprendida:
Otro ejemplo lo tenemos en el método Ferber o Estivill, que nos viene a decir que no debemos atender a la llamada de un bebé cuando llora. Hay que tener claro que los bebés no tienen motricidad suficiente y mucho menos la palabra para poder buscar ayuda por sí mismos, por lo que el no acudir a su llanto, que es su único medio de comunicación, hace que se sienta en una inmensa vulnerabilidad. Es decir, si no obtiene respuesta a su llamada de auxilio, aprenderá que haga lo que haga no puede cambiar nada, y pensará que no tiene poder para manejar la realidad, y este aprendizaje tan desesperanzador quedará grabado a fuego en su cerebro en desarrollo y dejará una huella imborrable en su futura manera de interactuar con el mundo.
Frases que no debemos decir:
- No vales para nada.
- Por mucho que te esfuerces no lo vas a conseguir.
- No lo intentes.
- No eres capaz.
- Por culpa tuya.
- Te quiero si eres, te portas… etc.
- Se hace lo que yo digo.
- Porque yo lo digo y punto, etc.
En resumen, las personas con sufren de indefensión aprendida son:
Personas que han «tirado la toalla», que asumen su condición de víctima como un destino inmutable, depresivas, con una visión oscura y pesimista del mundo, se sienten como hojas manejadas por el viento. No toman decisiones, no asumen el control de sus vidas, justifican lo que les ocurre y sobre todo se sienten sin esperanza, profundamente indefensas.
¿Qué hacer ante esta situación?
Lo que se debe hacer es reconstruir la autoestima, encontrar un sentido a la vida, realizar una labor intensa y meticulosa de toma de conciencia que vaya poco a poco devolviendo el poder a la persona.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén
Enlaces consultados:
http://psiqueviva.com/que-es-la-indefension-aprendida/
http://mariangelesalvarez.com/igualdad/relacion-de-control-o-igual/la-indefension-aprendida/
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150307/abci-gema-lendoiro-sabado-201503061349.html
Personas que han «tirado la toalla», que asumen su condición de víctima como un destino inmutable, depresivas, con una visión oscura y pesimista del mundo, se sienten como hojas manejadas por el viento. No toman decisiones, no asumen el control de sus vidas, justifican lo que les ocurre y sobre todo se sienten sin esperanza, profundamente indefensas.
¿Qué hacer ante esta situación?
Lo que se debe hacer es reconstruir la autoestima, encontrar un sentido a la vida, realizar una labor intensa y meticulosa de toma de conciencia que vaya poco a poco devolviendo el poder a la persona.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén
Enlaces consultados:
http://psiqueviva.com/que-es-la-indefension-aprendida/
http://mariangelesalvarez.com/igualdad/relacion-de-control-o-igual/la-indefension-aprendida/
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150307/abci-gema-lendoiro-sabado-201503061349.html
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