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miércoles, 11 de marzo de 2015

Un nuevo tratamiento innovador para el Autismo

Un nuevo tratamiento para el Autismo es el Modelo DIR de las siglas Desarrollo, Individualidad y Relaciones, creado por el psiquiatra Stanley Greenspan.

Es un nuevo marco teórico que sostiene los procesos de valoración e intervención en niños con TEA y otras necesidades especiales. Se fundamenta en la importancia del perfil único de cada niño y que incluye el nivel de desarrollo de las capacidades emocionales fundamentales, además considera el afecto como el que maneja el desarrollo infantil, por lo que da a las familias el papel protagonista.

  • Desarrollo: las capacidades emocionales están formados por distintas habilidades relacionadas con la interacción, la comunicación y el pensamiento, y todas ellas priorizan los elementos socio-emocionales del desarrollo pero teniendo en cuenta el resto de las áreas. Las 6 principales capacidades son:
  1. Regulación e interés por el mundo: capacidad que se adquiere en los primeros meses del bebé, para mantener el estado de alerta que permite interaccionar, jugar, aprender y mostrar interés por objetos y personas.
  2. Vinculación y conexión: habilidad para establecer, mantener y disfrutar de las relaciones íntimas y cercanas.
  3. Comunicación simples de ida y vuelta: es la capacidad para comunicarse, con propósito, deseos e intenciones, y mediante expresiones faciales y movimientos del cuerpo.
  4. Comunicación gestual compleja: habilidad para comunicar de manera más amplia (secuencias más complejas de gestos y primeras palabras) y de resolver problemas de manera conjunta.
  5. Ideas emocionales: capacidad  de representar y comunicar las ideas y emociones a través del juego simbólico y el lenguaje.
  6. Pensamiento lógico: etapa en la que se construyen los puentes lógicos entre las ideas, formando la base para el pensamiento emocionales y el desarrollo de las habilidades sociales.
  • Individualidad: elementos que hacen única a una persona y que pueden condicionar las interacciones y relaciones, y que son la modulación y e procesamiento sensorial, el planeamiento motor, la salud, los aspectos nutricionales, el procesamiento afectivo, el desarrollo del lenguaje, el estilo de aprendizaje, el procesamiento viso-espacial, etc.
  • Relaciones: lo que se busca es ayudar a las familias para que puedan detectar y adaptar sus estilos relacionales, las tendencias al perfil individual y estilo de cada niño, para de esta manera potenciar su desarrollo.
Este modelo tiene los principios de Floortime, pero existe una gran cantidad de estrategias para cada situación y para cada etapa evolutiva, y que facilitan los encuentros positivos, cargados de afecto, emoción y motivación. Con esto se potencian los aprendizajes sólidos gracias a la gran cantidad de conexiones neuronales que originan.
  • Principios:
  1. Sesiones de juego diario.
  2. Seguir la iniciativa o intereses del niño y sintonizar con ellos.
  3. Construir sobre sus intereses.
  4. Construir siempre desde las primeras capacidades hacia las posteriores.
  5. Dar rienda suelta a la creatividad y divertirse.
  6. Ayudarles a usar sus propias emociones, deseos e interacciones, que guíen su conducta y pensamiento.
  • Estrategias básicas:
  1. Imitar, deshacer y obstruir de forma placentera el juego.
  2. Usar el afecto para captar la atención e interés del pequeño: expresiones faciales, gestos corporales y expresiones verbales.
  3. Moverse de manera que puedan seguir y anticiparse a nuestras intenciones.
  4. Crear propuestas muy motivadoras y acordes a sus umbrales de hiper/hipo respuesta.
  5. Presentar problemas para que el niño lo resuelva (hacernos los tontos) y no mostrar la solución.
  6. Unirse al juego perseverativo y hacerlo interactivo.
  7. Tratar todo lo que el niño hace como intencional.
Por tanto, la intervención se trata de una metodología sistemática que, a través del juego espontáneo y mediante el planteamiento de desafíos ajustados, se estimula el desarrollo de las capacidades emocionales y funcionales. Lo que destaca es el apoyo que ofrece a las familias para que establezcan las interacciones lúdicas que favorecen el desarrollo. Su principal objetivo es crear relaciones placenteras y una conexión dirigida a la motivación intrínseca y a las emociones, siendo el adulto el que debe interactuar y facilitar en lugar de entretener o enseñar.

Es decir, se trata de un modelo teórico que respalda el desarrollo infantil, tanto en las situaciones de dificultad como en el desarrollo típico, y que además aporta las bases para una intervención acorde a las necesidades de la infancia.

Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado
Gabinete Psicología Perenquén

Bibliografía consultada:
Revista canaria de la salud nº15

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