La dislalia infantil es un trastorno en la articulación de los fonemas, es decir, la mala pronunciación, ya sea por ausencia o alteración de algunos sonidos, o por la sustitución de éstos por otros.
Es un trastorno muy común en los niños entre los 3 y los 4 añitos, donde se considera normal, lo que se llama “dislalia evolutiva”.
El problema viene cuando esa dislalia se mantiene más allá de los 4 años.
Los síntomas que se observan:
- Articulación del lenguaje: presenta dificultad en articular algunos fonemas, como la "f" o la "r".
- Personalidad: el desarrollo del lenguaje se refleja en su personalidad, ya que tiene miedo a hacer el ridículo al hablar en público.
- Sustitución: un sonido es reemplazado por otro que le resulta más fácil de pronunciar, como por ejemplo tes en vez de tres.
- Distorción: es el sonido distorcionado que produce el niño al intentar pronunciar un fonema.
- Omisiones: cuando el pequeño omite un sonido que le es difícil de pronunciar, como abol en vez de árbol.
La dislalia infantil presenta tipos muy variados:
- La dislalia funcional: es la más frecuente y se caracteriza por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño desconoce o realiza incorrectamente el punto y modo de articulación del fonema. No sabe hacer vibrar la lengua para pronunciar bien la RR, y suele reemplazar la S por la Z, o la R por la D.
- La dislalia orgánica: hace que el niño tenga dificultades para articular determinados fonemas por problemas orgánicos. Se presenta en los niños cuando presentan alteraciones en las neuronas cerebrales, cuando tienen alguna malformación o anomalías en los órganos del aparato fonador.
- La dislalia audiógena: se caracteriza por dificultades originadas por problemas auditivos. El niño se siente incapaz de pronunciar correctamente los fonemas porque no oye bien. En algunos casos, es necesario que los niños utilicen prótesis.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado.
Perenquén GPI.
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