Según la psicóloga Paula Bernal, “la
estimulación se trata de una serie de actividades que buscan
promover todas las esferas del crecimiento de las personas, como la
motricidad, percepción, lenguaje, relaciones sociales, el afecto, la
seguridad en sí mismo y su sentido de auto-eficacia”.
Es decir, la estimulación es la
realización de actividades entre los padres y el bebé, para
fortalecer el vínculo emocional y ofrecerle una serie de
experiencias, sensaciones, vivencias o estímulos que aumentan sus
conexiones neuronales, le permiten conocer y relacionarse mejor con
el mundo, respetando el ritmo y la etapa de desarrollo de cada niño.
La estimulación aumenta la experiencia
física, sensorial y social del bebé, lo cual fortalece y desarrolla
sus potencialidades, pues el cerebro está en maduración, lo que le
da plasticidad para moldearse a partir de la repetición de ciertas
actividades. Teniendo en cuenta que el máximo desarrollo neuronal va
desde el nacimiento hasta los tres años, y luego decrece y
prácticamente se extingue a los seis.
Muchos padres están orgullosos de los
avances de su hijo, de cómo aprenden antes que muchos de los niños
que les rodean, pero hay que cerciorarse de que el proceso de
aprendizaje haya sido satisfactorio para el bebé.
Como vivimos en un mundo cada vez más
competitivo, esta estimulación es una gran herramienta para los
padres que quieren conseguir en sus hijos un mayor desempeño, ya que
piensan que aprender todo lo que se pueda y lo antes posible, les
beneficiará en su futuro.
Todo esto es cierto, pero si la
estimulación no se realiza de la manera correcta, puede producir
efectos contraproducentes, por ello debemos respetar y tener en
cuenta la sensibilidad de los niños frente a los ejercicios,
actividades etc. que les vamos proponiendo.
Realmente es el bebé quien debe
manejar el proceso, debemos fijarnos en su lenguaje corporal para
guiarnos en los intervalos de tiempo y en el ritmo de trabajo. No se
trata de buscar resultados a corto plazo, ya que es posible que lo
que consigamos sea una sobre-estimulación, donde el pequeño
desconectará de lo que estamos haciendo, es decir, hay que respetar
al niño.
En la estimulación temprana se debe
buscar el equilibrio, por lo que hay que orientar hacia todos los
caminos: físico, intelectual, emocional, en todos. Otra cosa muy
distinta es que al pequeño se le de mejor unas actividades que
otras.
Por lo tanto, ¿para qué sirve la
estimulación?
Garantizar diferentes habilidades
del bebé dependiendo de la etapa de desarrollo en la que se
encuentre, para que su desempeño sea exitoso en cualquier ambiente
o espacio.
Detectar oportunamente
dificultades del pequeño y así intervenir y darles un manejo
adecuado.
Permite que los padres compartan
con sus hijos momentos especiales de crecimiento emocional.
Favorece los procesos de
aprendizaje, la constitución de bases sólidas en la formación de
los niños, las buenas relaciones interpersonales, el buen control
del cuerpo (que los hace seguros de sí mismos), el manejo de las
nociones y conceptos que deben manejar dependiendo de su edad y
grandes habilidades de acuerdo con los talentos que tenga cada uno.
También debemos dejar claro una serie
de creencias erróneas acerca de la estimulación temprana, ya que
muchos padres piensan que a través de ella conseguirán que sus
hijos sean más inteligentes. Esto no es así, ya que de lo que se
trata es de construir buenos cimientos y de darles una oportunidad de
aprender con más facilidad y desarrollar sus talentos de una manera
más efectiva.
Aquí es importante mencionar que la
capacidad intelectual viene genéticamente determinada y es
facilitada u obstaculizada por el medio ambiente en el que se
desarrolle el niño. Por lo tanto, una estimulación adecuada
facilita el desarrollo intelectual, pero no genera una capacidad
intelectual adicional.
Un buen programa de estimulación
comienzan desde el momento de la concepción y están basados en el
amor. La gran diferencia aquí viene determinada por los cuidados que
intrauterinamente puede recibir un bebé, cuando se le canta, habla,
lee etc. En ese sentido, no hay nada que favorezca más el desarrollo
de un ser humano que el sentirse amado, pues esto reafirma la
autoestima, la motivación, el esfuerzo, etc.
Una pregunta importante que se hacen
muchos padres en este momento es ¿Son favorables los centros de
estimulación?
La mayoría de niños no crecen en un
ambiente donde se les estimulen constantemente, tanto de manera
motriz, emocional, o lingüística, ni donde pueda contar con la
presencia y compañía permanente de la madre, por lo menos los
primeros 5 años de vida. Es por esto que los centros de estimulación
son una opción muy importante, en la medida en que posibilitan todas
estas experiencias, aparte de la estimulación que se puede hacer en
casa.
Es innegable que los sitios
especializados ofrecen innumerables beneficios, pues buscan enseñar
a los papás a estimular a sus hijos, además ofrecen un espacio
donde poder socializarse con otros niños de su edad, también
cuentan con equipos psicomotores, material didáctico y profesionales
idóneos y capacitados para guiar y orientar.
La mejor forma de estimular a los niños
es a través del juego, de una manera natural y sin premeditación.
De esta manera los padres comienzan a entender el comportamiento de
sus hijos, a saber dónde está el límite en cada momento, a saber
cuándo una actividad debe parar y aprenden a respetar las
necesidades de los pequeños.
Para empezar, los ejercicios que se
realizan para iniciar la estimulación táctil y movimientos de manos
y piernas de los peques, nunca deben ir en contra de lo que
naturalmente el bebé podría hacer, así poco a poco se consigue el
desarrollo motriz y el despertar del sentido del tacto.
Se tienen evidencias de que con este
tipo de estimulación táctil, se consigue que el niño prematuro
gane peso mucho más rápido, y que además todos los niños tengan
mayor seguridad y mejor motricidad. Al igual que facilita la
formación de un vínculo muy importante entre el bebé y sus padres,
de ahí la confianza y seguridad que muestran con el tiempo.
El tacto es uno de los sentidos más
desarrollados de los recién nacidos y en el momento del nacimiento,
tienen una tensión muscular alta, que lo podemos comprobar porque
tienen los brazos y las piernas encogidas. Gracias a esta
estimulación táctil (masaje) conseguimos relajar los músculos y
ayudar a que el bebé abra las manos y extienda sus extremidades.
Entre los beneficios del masaje
tenemos:
El alivio y relajación del bebé.
La interacción y fortalecimiento
del vínculo entre padres y pequeño.
Los adultos obtienen una mejor
lectura de la información que les envía el bebé a través de su
lenguaje no verbal, por lo que pueden saciar sus necesidades de
manera más rápida y efectiva.
Logros lingüísticos, pues
mientras la madre o el padre realizan dicha rutina, le habla, canta
y consiente, ayudando a promover el desarrollo del lenguaje.
Luego, una vez el pequeño comienza
a gatear, entre los 7 y los 9 meses, la estimulación cambia. Aquí
es cuando entramos en el juego, con una visión más lúdica, ya que
es lo que nos empieza a demandar el bebé, con materiales para
despertar su interés y curiosidad, con distintas formas, colores,
tactos, olores etc. Más adelante, será el pequeño el que guiará
las actividades que quiere realizar, ya que tomará una iniciativa de
exploración.
Con respecto al lenguaje, la
estimulación viene dada por canciones y rimas. La música clásica
les relaja, pero también hay que ofrecerles otros estilos para que
puedan bailar y cantar, mostrando expresión corporal. De esta manera
conseguimos el desarrollo lingüístico y musical.
Para terminar, también debemos tener
en cuenta las áreas artísticas, como pintar y dibujar, para
desarrollar también la motricidad fina.
Como podemos ver, dentro de la
estimulación, existen muchos conceptos todavía que debemos
descubrir y estudiar con más profundidad. Pero lo que está claro es
que tener asesoramiento profesional y permitir que los peques se
desenvuelvan de acuerdo a sus intereses, edades, gustos, etc. debe
estar por encima de las ansias de los padres por el desarrollo
apresurado.
Resumen de lo más importante en la
estimulación temprana:
Respetar el tiempo de respuesta
del niño, elegir un momento tranquilo para jugar, evitando hacerlo
cuando esté cansado o sobrecargado.
Elegir objetos agradables al
tacto, al oído, al paladar.
Los juegos deben ir acompañados
por canciones, palabras y sonrisas.
El juego tiene que ser algo
placentero para los dos.
Aprovechar el momento del baño
para darle un masaje.
Usar la música mientras va en el
coche o en casa.
Enseñarle libros, si es un bebé
hay libros de tela, de plástico, con olores y distintas texturas.
Contarle cuentos antes de dormir.
Texto redactado por:
María Jesús Meneses Delgado.
Perenquén GPI.
Referencias consultadas:
http://www.abcdelbebe.com/que-es-la-estimulacion-y-cuando-debe-ponerse-en-practica
http://www.abcdelbebe.com/conozca-en-que-consiste-la-estimulacion-y-cuales-son-sus-beneficios
http://www.abcdelbebe.com/bebe/0-6-meses/salud/masajes-para-estimular-y-favorecer-el-desarrollo-de-los-bebes
http://www.guiainfantil.com/1149/como-estimular-a-un-bebe.html